Por Marina Kopf — NBC News
El acné no se apoderó de la piel de JJ Boparai en la adolesencia, sino hasta pasados los 20 años.
“Nunca había tenido un acné así, simplemente tenía la cara cubierta”, dijo esta mujer de 31 años de Metuchen, Nueva Jersey, quien añadió que sufrir esto fue “horrible psicológicamente”.
Los brotes de Boparai —que describió como “muy quísticos, muchos bajo la piel, grandes, dolorosos, varios en la barbilla y las mejillas”— eran persistentes. Después de un año de probar varios lavados, sustancias químicas y cremas, acudió a un dermatólogo que le recetó antibióticos orales y una medicina.
El acné persistía.
No fue hasta que el doctor le recetó espironolactona —un medicamento para la tensión arterial aprobado en 1960— cuando Boparai notó una diferencia en su piel.
Está lejos de ser la única: Según un estudio publicado en JAMA Dermatology, las tasas de prescripción de espironolactona para el acné en las mujeres aumentaron casi un 300% de 2017 a 2020. Para 2020, los dermatólogos estaban recetando el medicamento para la presión arterial a tasas similares a las de los antibióticos.
¿Qué es la espironolactona y por qué trata el acné?
La espironolactona funciona bloqueando una hormona del cuerpo llamada aldosterona, la cual retiene el sodio; al bloquearla, ayuda a los riñones a eliminar la sal y el agua del organismo para reducir la tensión arterial.
Según explicó el Dr. John Barbieri, dermatólogo y epidemiólogo del Hospital Brigham and Women’s de Boston y autor del estudio en JAMA Dermatology, el fármaco también altera hormonas similares en el organismo, incluidas las que causan el acné.
Estas hormonas se denominan andrógenos e incluyen la testosterona.
“La testosterona aumenta la producción de grasa en la piel y, cuando hay mucha grasa, obstruye los poros y provoca acné”, explicó el Dr. Ayman Grada, dermatólogo y profesor adjunto de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland. La espironolactona bloquea esos efectos en la piel.
Después de que unos pequeños estudios realizados en la década de 1980 demostraran que el fármaco era eficaz contra el acné, algunos dermatólogos empezaron a recetarlo a las mujeres. Los hombres también pueden tener acné en la edad adulta, pero sólo se receta a las mujeres.
“Su uso ha aumentado con el tiempo”, según Barbieri.
La espironolactona es uno de los tratamientos para el acné incluidos en las directrices de tratamiento de la Academia Estadounidense de Dermatología.
El fármaco no suele utilizarse como tratamiento de primera aplicación para el acné. Se considera una opción para las mujeres si otros medicamentos, como cremas o antibióticos orales, no funcionan.
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“La receto con más frecuencia que antes y me he sentido más cómoda con ella”, afirmó la Dra. Jessica Krant, dermatóloga del Laser and Skin Surgery Center de Nueva York, quien señaló que sólo suele darla cuando otros tratamientos no funcionan.
Los antibióticos orales son el tratamiento más común para las mujeres con acné adulto, pero Barbieri espera que la espironolactona lo supere pronto.
“Cada vez hay más datos de alta calidad que respaldan el uso de la espironolactona para el acné, lo que creo que ha hecho que más gente la conozca y se sienta cómoda recetándola”, afirmó.
La Academia Estadounidense de Dermatología, que publica directrices de prescripción para el tratamiento del acné, ha pedido a los dermatólogos que limiten el uso de antibióticos siempre que sea posible.
“Si pudiéramos usar más espironolactona, eso podría ayudarnos a usar menos antibióticos”, agregó Barbieri, que también copreside el grupo de trabajo de directrices sobre el acné del grupo. “Eso va a crear menos resistencia a los antibióticos en la comunidad, y menos complicaciones asociadas a ellos para los pacientes, como la alteración del microbioma”.
¿Es segura la espironolactona para el tratamiento del acné?
La espironolactona no está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) para el tratamiento del acné y se prescribe fuera de indicación.
Barbieri señaló que, dado que el fármaco es genérico —y lo ha sido durante muchos años—, es poco probable que un fabricante de medicamentos llegue a gastar el dinero en los ensayos clínicos que serían necesarios para solicitar la aprobación de su uso para el acné. “No está claro quién querría hacer ese esfuerzo”, explicó.
Como medicamento para la tensión arterial, la espironolactona suele recetarse a una dosis de 25 miligramos al día.
Para el acné, la dosis es más alta: se suele empezar con 50 mg y luego se aumenta a 100 mg y, en algunos casos, a 200 mg.
Estas dosis no se han estudiado en grandes ensayos clínicos a largo plazo. Además, los estudios originales sobre el fármaco se realizaron principalmente en hombres blancos de edad avanzada, no en mujeres jóvenes.
No debe recetarse a los hombres para el acné, porque a estas dosis altas, puede causar ginecomastia, o agrandamiento del tejido mamario en los hombres, añadió Barbieri.
A medida que ha aumentado el uso de la espironolactona para el acné, se han realizado un puñado de pequeños estudios sobre la seguridad y eficacia a corto plazo del medicamento.
“Se utiliza desde hace mucho tiempo, pero los ensayos clínicos son limitados”, afirmó Grada. Se siente cómodo recetando el fármaco, pero le gustaría ver estudios a largo plazo.
“Los efectos secundarios son muy leves, comparables a los de otros fármacos, pero no hay datos de seguridad a largo plazo”, añadió.
Un ensayo clínico de fase 3, publicado en The BMJ el año pasado, realizó un seguimiento de 400 mujeres que tomaron espironolactona o placebo durante 24 semanas. Los efectos secundarios fueron ligeramente más frecuentes en las mujeres que recibieron el fármaco en comparación con el placebo pero, en general, fueron leves.
Al igual que otros fármacos para la tensión arterial, puede causar efectos secundarios como mareos, aturdimiento y dolores de cabeza. En las mujeres mayores que lo toman, o en las que padecen determinadas enfermedades, deben controlarse los niveles de potasio.
Krant afirma que algunas mujeres han dejado de tomar la medicación por sensibilidad mamaria o disminución del deseo sexual. También dijo que puede alterar el ciclo menstrual y causar hemorragias irregulares.
Según la Academia Estadounidense de Dermatología, el fármaco no debe utilizarse durante el embarazo, ya que puede atravesar la placenta y afectar potencialmente al feto.
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La espironolactona es objeto de una advertencia de la FDA basada en un estudio que demostró que a niveles extremadamente altos —hasta 150 veces superiores a las dosis humanas— provocaba cáncer en ratas. Un metaanálisis reciente no detectó un aumento del riesgo de cáncer en humanos, aunque los investigadores señalaron que “la certeza de las pruebas era baja y se necesitan estudios futuros”.
“En conjunto, la espironolactona es un medicamento seguro con los datos que conocemos”, afirmó el Dr. Christopher Bunick, dermatólogo y profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.
Sin embargo, “se necesitan más estudios de alta calidad para comprender realmente la correlación entre el uso de espironolactona y el cáncer”, dijo. “Sería una tontería tratar de ignorarlo”.