Por Dareh Gregorian - NBC News
En medio de un gran despliegue de seguridad y protestas anticipadas, el expresidente Donald Trump está listo para comparecer este martes ante un tribunal federal en Miami para enfrentar cargos de que engañó a los investigadores y manejó mal los secretos del país.
Trump, de 76 años, tiene previsto comparecer ante un juez a las 3 pm (hora del Este), cuando será instruido de cargos junto a su coacusado y ayudante, Walt Nauta, de 40 años.
Trump fue acusado la semana pasada de 37 cargos federales, entre ellos retención intencionada de información de defensa nacional, declaraciones y manifestaciones falsas y conspiración para obstruir la justicia.
Trump ha negado cualquier delito y mantiene que tenía derecho a los documentos, y ha dicho que la acusación tenía motivaciones políticas.
No se espera que haga ningún comentario público en el tribunal, y está previsto que pronuncie un discurso en su finca de Bedminster, Nueva Jersey, el martes por la noche. El evento había sido planeado originalmente como una recaudación de fondos privados para su 77 cumpleaños, que es el miércoles.
El jefe de policía de Miami, Manny Morales, dijo el lunes que la ciudad se está preparando para la posibilidad de miles de manifestantes en el palacio de justicia y ha estado coordinando con socios federales, estatales y locales “para asegurar que mantenemos no sólo la paz y el orden”, sino también la capacidad de los manifestantes “para expresarse y sus derechos de la Primera Enmienda".
La acusación dice que el derecho de Trump a los documentos expiró en el momento en que dejó el cargo, pero que mantuvo intencionadamente documentos de alto secreto y otros documentos clasificados, en algunos casos durante más de un año y medio después de dejar el cargo. Se alega que conservó una gran cantidad de documentos clasificados incluso después de haber recibido una citación judicial para su devolución y que engañó a sus abogados haciéndoles creer que todos habían sido devueltos.
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Los documentos “incluían información relativa a las capacidades de defensa y armamento tanto de Estados Unidos como de otros países; programas nucleares de Estados Unidos; vulnerabilidades potenciales de Estados Unidos y sus aliados ante un ataque militar; y planes para una posible represalia en respuesta a un ataque extranjero”, dice la acusación.
También trató esa información con displicencia: a veces la guardaba en el escenario del salón de baile de su complejo turístico de Florida y en un cuarto de baño junto a un retrete, según la acusación.
Durante el periodo en que Trump guardó los documentos en torno a su finca de Mar-a-Lago, en Palm Beach, el club "acogió más de 150 eventos sociales, entre bodas, estrenos de cine y actos de recaudación de fondos que, en conjunto, atrajeron a decenas de miles de invitados", dice la acusación.
También rebate la afirmación de Trump de que los documentos fueron asegurados por su destacamento del Servicio Secreto, alegando que los agentes no tenían ni idea de que los documentos estaban allí. “Trump no informó al Servicio Secreto de que guardaba cajas con documentos clasificados en el club Mar-a-Lago”, afirman los fiscales.
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La presentación judicial no detalla cómo sabían los fiscales que ese era el caso. Fuentes familiarizadas con el asunto dijeron la semana pasada que los investigadores habían interrogado a unas dos docenas de agentes del Servicio Secreto.
Independientemente, señala la presentación, la agencia “no es responsable de proteger las cajas de Trump o su contenido”.
La acusación dijo que la divulgación de algunos de los contenidos de los documentos “podría poner en riesgo la seguridad nacional de los Estados Unidos, las relaciones exteriores, la seguridad de las fuentes militares y humanas de los Estados Unidos, y la viabilidad continua de los métodos de recolección de inteligencia sensibles".
Nauta está acusado de ayudar a Trump a ocultar documentos y de mentir a los investigadores sobre su implicación y conocimiento de las cajas y su contenido.
El abogado de Nauta, Stan Woodward, ha declinado hacer comentarios sobre los cargos contra su cliente, que fue ayuda de cámara militar en la Casa Blanca de Trump.
El jurista que preside el procedimiento del martes, el juez magistrado John Goodman, no supervisará el caso en un juicio. Funcionarios judiciales dijeron que el caso ha sido asignado a la jueza de distrito de Estados Unidos Aileen Cannon, quien el año pasado detuvo temporalmente la revisión del FBI de los documentos que habían sido recuperados en Mar-a-Lago.
Su fallo fue anulado por un panel de jueces del tribunal de apelaciones que sugirió que Cannon había tratado de “tallar una excepción sin precedentes en nuestra ley para los expresidentes.”