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“Nos cazaron y me quitaron a mi nene”: esta madre guatemalteca fue víctima de la separación familiar de migrantes en EE.UU.

Marcela García lleva tres años sin ver a su hijo de 14 años. A ella la deportaron en 2017 y ahora teme que le pase lo mismo a él, porque asegura que allí su vida correría peligro por las pandillas.
/ Source: Telemundo

Han pasado más de tres años desde que Marcela García vio a su hijo de 14 años por última vez. Emigraron juntos de Huehuetenango, Guatemala, en 2017, pero fueron detenidos al cruzar la frontera y cayeron víctimas de la política de separación familiar de la Administración Trump.

“No me dieron la oportunidad allá”, sollozó García en entrevista con Noticias Telemundo desde su natal Guatemala. “Cuando yo llegué, nos cazaron y me quitaron a mi nene”.

García decidió abandonar su aldea en las montañas cerca de la frontera con México y dejar atrás todo lo que tenía para proteger la vida de su hijo Víctor, quien fue amenazado por las pandillas locales.

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 “¿Qué pasó? Comenzaron a pegar, comenzaron a amenazar, entonces, ¿lo que dije yo con mi hijo? Mejor me voy allá”, relató García.

Tras ser detenida por la Patrulla Fronteriza por ingresar al país sin documentos, García cuenta que fue obligada a firmar papeles en inglés que no entendía y así fue como la deportaron a Guatemala.

Víctor permaneció en un centro de detención de menores migrantes durante tres meses, hasta que la Departamento de Salud y Servicios Humanos lo entregó a su padre, quien vive en Estados Unidos desde hace 10 años.

Víctor y su madre fueron separados bajo un programa piloto diseñado por Stephen Miller, el asesor de inmigración del presidente, Donald Trump. Este programa antecedió a la política de ‘tolerancia cero’, bajo la cual se separaron a miles de niños migrantes de sus padres.

A diferencia de las 2,800 familias separadas bajo la política de tolerancia cero en 2018, la mayoría de las cuales permanecieron bajo custodia cuando se le puso fin por orden ejecutiva, muchos de los más de 1,000 padres separados de sus hijos bajo el programa piloto (como García) ya habían sido deportados antes de que un juez federal en California ordenara que fueran reunificados.

Víctor deberá presentarse ante un juez migratorio en enero del próximo año. García tiene miedo de que lo puedan deportar, porque eso significaría un retorno al lugar que tuvo que abandonar por amenazas de las pandillas.

“Sólo miré cuando salió. ‘Cuídese’, me dijo. ‘Porque yo ya me voy’. Yo fui corriendo a abrazarlo… Yo dije no puede quedar solo”, recordó García.

Huehuetenango, epicentro de la emigración

Huehuetenango, una región montañosa cerca de la frontera de Guatemala con México, se ha convertido en una fábrica de emigrantes. Sus comunidades han sido de las más afectadas por las políticas antiinmigrantes del Gobierno de Trump.

“Por los niveles de pobreza, de miseria, la falta de oportunidades que hay aquí”, explica a Noticias Telemundo el cardenal Álvaro Ramazzini, obispo de Huehuetenango.

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Aunque no hay cifras oficiales, expertos consultados por la cadena BBC indican que la región cafetalera es uno de los epicentros de la emigración.

"La extrema pobreza, la falta de acceso a servicios básicos como agua o electricidad, falta de servicios de salud, oportunidades de una educación y trabajo dignos y altos niveles de violencia hacen que para muchas personas migrar sea la única opción", dijo a la cadena citada Carlos Eduardo Woltke, defensor de los migrantes en la Procuraduría de los Derechos Humanos en Guatemala.

La caída de los precios internacionales del café y la importación de maíz de México y Estados Unidos a un precio hasta un tercio más barato han hundido la economía local. Como consecuencia, muchos jóvenes se han unido a pandillas que viven de la extorsión de los campesinos con familiares en Estados Unidos.

En el índice de calidad de vida que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Huehuetenango figura en el penúltimo lugar de los 22 departamentos de Guatemala, solo superado en el bajo nivel de vida por el departamento vecino de Alta Verapaz.

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Aunque no se sabe oficialmente cuántos guatemaltecos emigran de manera irregular cada año, el número de deportaciones anuales es un indicador aproximado de cuántas personas hacen el peligroso viaje hacia el norte (y terminan siendo regresados). Muchos de ellos intentando huir de regiones empobrecidas y violentas en el norte del país.

Según estimaciones del diario El País, en la primera mitad del 2019 alrededor del 15% de los más de 54,000 guatemaltecos deportados de Estados Unidos y México provenían de Huehuetenango, al finalizar ese año casi 100,000 personas fueron retornadas a Guatemala. Más que en 2018, cuando unos 78,000 migrantes fueron repatriados.

La pandemia de coronavirus ha frenado la emigración: del 13 de marzo al 09 de octubre sólo 16,037 personas han sido repatriadas, según cifras del Instituto Guatemalteco de Migración. Pero historias como la de Marcela García destacan las grandes carencias que enfrentan las comunidades de esta región y el impulso latente por emigrar hacia el norte.

La corresponsal Jenny Corado contribuyó a este reporte desde Huehuetenango, Guatemala.

Con información de NBC News, El País y BBC News.