Los trabajadores latinos de la construcción que desaparecieron tras el colapso del puente en Baltimore, llegaron a Maryland desde México o Centroamérica e incluyen a un emprendedor, padre y esposo hondureño que empezó un negocio de entrega de paquetería, pero la pandemia lo obligó a encontrar otro empleo, contó su familia.
La policía pudo cerrar el tráfico del puente segundos antes de que el carguero se estrellara contra uno de los soportes del puente Francis Scott Key la madrugada del martes, causando el derrumbe de la estructura en el gélido río Patapsco. No hubo tiempo para que el equipo de mantenimiento que rellenaba baches en el puente escapara a un sitio seguro.
En una conferencia de prensa en la tarde de este jueves, Wes Moore, gobernador de Maryland, afirmó que la prioridad en estos momentos es recuperar los cuerpos de las víctimas y reabrir el puerto a la navegación.
"Tenemos que seguir enfocados en recuperar los cuerpos, abrir el canal a la navegación, porque la salud de la economía del estado depende de ello; velar por todos los afectados por esta tragedia y necesitamos reconstruir el puente Francis Scott Key. Tenemos un largo camino por delante y nos estamos preparando. Este es un trabajo increíblemente complejo y va a tomar tiempo".
Moore informó que la Administración Biden había aprobado una partida adicional de 60 millones de dólares para las labores de recuperación, y agradeció la rápida respuesta de las autoridades federales ante la tragedia.
La recuperación de los cuerpos y el retiro de los escombros es una labor extremadamente compleja, explicó Moore: "Encima del barco hay 34,000 toneladas de acero. El agua en la que trabajan los buzos es tan oscura y los escombros son tan densos que muchas veces no pueden ver más allá de dos pies y hacen el trabajo dependiendo de su tacto".
Al hablar sobre el difícil momento que atraviesan las familias, Moore afirmó que entendía la terrible situación que atravesaban. "Como hijo de un inmigrante sé que este suceso toca nuestro lado humano", y amplió que la vicegobernadora del estado, Aruna Miller, es la primera inmigrante en ocupar esa posición en Maryland.
Se informó que en estos momentos la mayor grúa en la Costa Este de Estados Unidos está siendo movida a la zona del desastre para las labores de retirada de los escombros.
"No se perdieron más vidas gracias a la pronta respuesta que pararon el tráfico", subrayó Moore.
El barco que impactó el puente transportaba materiales tóxicos. Catorce contenedores cayeron al agua durante el accidente. Algunos de ellos tenían jabones, resinas, baterías de litio y perfumes", explicó Moore.
"Hasta el momento no se ha detectado ninguna contaminación. Se ha detectado una película de sustancias sobre el agua, pero se trata del lastre expulsado por el barco", amplió.
A la pregunta sobre si el accidente se pudo haber prevenido si los pilares del puente hubieran estado de alguna manera protegidos, Moore afirmó que la Junta Nacional del Transporte se encuentra en estos momentos investigando ese tema.
El costo humano de la tragedia
Durante el derrumbe del puente, al menos ocho personas cayeron al agua y dos fueron rescatadas. Dos cuerpos fueron recuperados el miércoles, y cuatro siguen desaparecidos y se presumen muertos.
Los gobiernos de México, Guatemala, El Salvador y Honduras confirmaron que hay ciudadanos de estas nacionalidades entre los desaparecidos.
Maynor Yassir Suazo Sandoval, de 38 años, era el menor de ocho hermanos de Azacualpa, una zona montañosa en un área rural del noreste de Honduras, cerca de la frontera con Guatemala.
Hace 18 de años, partió solo a Estados Unidos en busca de oportunidades. Había trabajado como técnico industrial en Honduras, reparando maquinarias en plantas de ensamblaje pero el salario era muy bajo para salir adelante, contó de pie sobre la calle polvosa frente al pequeño hotel familiar en Honduras uno de sus hermanos, Martín Suazo Sandoval.
“Él siempre soñó con tener su propio negocio”, dijo.
Otro hermano, Carlos Suazo Sandoval, aseguró que Maynor esperaba retirarse un día en Guatemala.
“Él era el bebé de todos nosotros, el menor. Era alguien que siempre estaba feliz, siempre pensando en el futuro. Era un visionario”, aseguró vía telefónica a la agencia de noticias The Associated Press desde Dundalk, Maryland, cerca del sitio del colapso del puente.
Maynor entró de forma irregular a Estados Unidos y se instaló en Maryland. Al principio realizaba cualquier trabajo que encontrara, incluyendo construcción y limpieza de maleza. Eventualmente empezó un negocio de entrega de paquetería en el área de Baltimore y Washington, dijo Martín Suazo Sandoval.
Otros hermanos y familiares lo siguieron al norte.
“Él era el pilar fundamental, el bastión para que otros miembros de la familia pudieran también viajar allá y después conseguir visas y todo”, relató Martín Suazo Sandoval. “Él realmente era el motor para que la mayoría de la familia pudiera viajar”.
Maynor tiene esposa y dos hijos de 17 y 5 años, aseguró.
La pandemia de COVID-19 lo forzó a buscar otro trabajo y así se unió a Brawner Builders, la compañía que realizaba labores de mantenimiento en el puente cuando colapsó.
Martín Suazo Sandoval dijo que su hermano nunca habló de temerle al oficio, pese a la altura en la que trabajaba en los puentes. “Él siempre nos dijo que tenías que triplicar tu esfuerzo para salir adelante”, dijo Martín Suazo Sandoval. “Él insistía en que no importaba la hora o dónde, debías estar donde estaba el trabajo”.
La situación iba bien para él antes del derrumbe. Ya estaba dando los pasos para conseguir su residencia permanente y planeaba regresar a Honduras este año para completar el proceso, contó su hermano.
[Una llamada que salvó vidas: agentes se comunican para cerrar el puente antes de su colapso]
Aunque Maynor no había podido volver a su país, apoyaba a varias oenegés sociales en su comunidad, así como a la liga de fútbol, según su hermano, desde una zona que depende principalmente de la ganadería y la agricultura, el cultivo de café y caña de azúcar.
Los empleadores de Maynor dieron la noticia de su desaparición a su familia dejándolos devastados, especialmente a su madre que aún viven en Azacualpa, dijo Martín Suazo Sandoval.
“Estos son momentos difíciles y lo único que podemos hacer es mantener la fe”, aseguró, indicando que su hermano sabía nadar y que podría estar en cualquier lugar. Si se confirma el peor escenario, comentó que su familia haría todo lo posible para repatriar su cuerpo a Honduras.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que tres mexicanos estaban en el puente cuando colapsó, entre ellos uno que resultó herido pero fue rescatado y dos que siguen desaparecidos. No compartió sus identidades por la privacidad de la familia.
Esta tragedia ilustra el aporte de los inmigrantes a la economía estadounidense, insistió López Obrador.
“Esto demuestra que los migrantes van a hacer trabajos a medianoche, muy riesgosos, y por eso no merecen se tratados, como suele pasar, por algunos políticos irresponsables y con poca sensibilidad en Estados Unidos”, afirmó.
Después el coronel, Roland L. Butler Jr., superintendente de la policía estatal de Maryland, anunció que los cuerpos de dos hombres de 35 y 26 años fueron recuperados por buzos dentro de una camioneta roja sumergida a unos 25 pies (7.6 metros) bajo el agua cerca del arco central del puente.
Uno de ellos era el guatemalteco Dorlian Ronial Castillo Cabrera, de 26, y el otro el mexicano de 35 años, Alejandro Hernández Fuentes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala confirmó que dos de sus ciudadanos estaban entre los desaparecidos. La canciller de El Salvador, Alexandra Hill Tinoco, publicó el miércoles en la red social X que el ciudadano salvadoreño Miguel Luna, también desapareció.
Investigadores estatales y federales han dicho que se cree que el choque fue un accidente.
Con información de The Associated Press