Un día después de que cientos de seguidores del expresidente Donald Trump asaltaran el Capitolio el 6 de enero de 2021, un grupo de ellos que se tomó la oficina de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, llamó para preguntar por objetos que habían dejado allí.
Jamie Raskin, representante demócrata y parte de la comisión del Congreso que investiga los disturbios, fue quien confirmó las llamadas este viernes al portal Insider.
"[Los agitadores] llamaban para preguntar si habían objetos perdidos que se hubieran encontrado, porque habían olvidado su teléfono, su billetera o lo que sea", dijo Raskin.
Ese 6 de enero de 2021, la oficina de Pelosi fue invadida y su personal tuvo que esconderse en una sala de conferencias donde bloquearon las puertas con archivadores temiendo por su vida.
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Según Raskin, oficiales del Capitolio contestaron las llamadas y le dijeron a las personas al otro lado de la línea, "Sí, solo danos tu nombre, dirección, tu número de Seguro Social y nosotros atamos los cabos sueltos". Así lograron luego apresar a varios.
Pero lo que más sorprendió a Raskin es que los responsables de los disturbios que llamaron realmente no sentían que hubieran hecho nada malo, según reporta la revista Slate.
"Lo que me es más fascinante es que realmente había personas que sentían que habían sido convocadas a Washington por el presidente", agregó Raskin.
Esto, según el demócrata, confirma el papel crucial que Trump jugó en el asalto y, a su vez, "crea un problema al asignar la culpabilidad a los diferentes niveles de conducta".
Raskin concluyó que entonces hubo diferentes componentes en lo que ocurrió y que no se trataba solo de "una secuencia de acción indivisible. Me gustaría que la gente entendiera eso".