Por Alec Hernández, Matt Dixon, Dasha Burns y Jonathan Allen - NBC News
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, considerado en su día como el oponente más importante que tendría Donald Trump en las primarias presidenciales, anunció este domingo el fin de su campaña por la nominación republicana, en un video publicado en la red social X.
“Tras obtener el segundo lugar en (los caucus de) Iowa, hemos rezado y deliberado sobre el camino a seguir”, indicó DeSantis en su mensaje. “Si hubiera algo que pudiera hacer para alcanzar un resultado favorable, más actos de campaña, más entrevistas, lo haría. Pero no puedo pedir a nuestros partidarios que den voluntariamente su tiempo y donen sus recursos. No tenemos un camino claro hacia la victoria. En consecuencia, hoy suspendo mi campaña”.
“Para mí está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren dar otra oportunidad a Donald Trump”, aseguró. Y añadió: “Él tiene mi apoyo, porque no podemos regresar a la vieja guardia republicana de antaño, a una forma envasada del corporativismo recalentado que representa Nikki Haley”.
El anuncio se produce dos días antes de las primarias de New Hampshire, donde se proyectaba que DeSantis quedaría por detrás del expresidente Trump y de Haley, exembajadora de Estados Unidos ante la ONU.
Haley reaccionó al anuncio de DeSantis desde New Hampshire, donde está haciendo campaña. “Quiero decirle a Ron que ha hecho una gran campaña. Ha sido un buen gobernador y le deseamos lo mejor. Dicho esto, ahora quedamos un hombre y una mujer”, dijo.
DeSantis trató de posicionarse durante meses como una alternativa a Trump, presentándose como un exitoso heredero del movimiento MAGA (Make America Great Again). Sin embargo, en su intento de cortejar a los partidarios del expresidente, DeSantis comenzó a criticarlo tarde y fue incapaz de ganar suficiente apoyo.
Además, su impulso a políticas de la extrema derecha también provocó que republicanos moderados y votantes independientes le hicieran rechazo. DeSantis obtuvo el segundo lugar en los caucus de Iowa este mes.
El ascenso y la caída de DeSantis
El gobernador de Florida entró en la contienda presidencial republicana con una impresionante operación política y una amplia popularidad dentro del partido, tras lograr una victoria aplastante en su reelección estatal en 2022.
Pero el impulso que tuvo al principio se disipó rápidamente después de hacer oficial su candidatura, gracias a sus ataques a la maquinaria de Trump, así como a sus propios errores.
El comité de acción políticia pro-Trump MAGA Inc gastó millones de dólares atacándolo, incluso antes de que anunciara su candidatura, según registros financieros de la campaña.
Y hubo una gran movilización publicitaria en su contra, con anuncios de televisión en los que se criticaban sus votos en el Congreso en temas de Seguridad Social, Medicare e impuestos.
Cuando DeSantis anunció oficialmente en mayo su candidatura, el caótico evento en Twitter con el empresario Elon Musk donde se hizo el lanzamiento se convirtió en el emblema de una campaña a menudo ensombrecida por luchas internas, problemas financieros y una polémica relación con el comité de acción política Never Back Down.
El fallido plan de llevar el proyecto de Florida a toda la nación
Como eje de su campaña, estuvo la propuesta de aplicar su proyecto en Florida a toda nación. El gobernador prometió desmantelar el “estado administrativo” del Gobierno federal, terminar el muro de la frontera sur y limitar la influencia china en Estados Unidos, así como en el extranjero.
Los temas conservadores incendiarios que se convirtieron en rasgos característicos de su Administración en Florida también llegaron a la campaña. Impulsó una cruda guerra cultural a través de varias propuestas políticas, como poner fin a los programas de diversidad, equidad e inclusión en el Gobierno federal, prohibir el acceso al Ejército a los miembros transgénero del servicio militar y eliminar la atención médica de afirmación de género a menores.
Como uno de los únicos ejecutivos que hizo campaña para la Casa Blanca mientras estaba en ejercicio de un cargo público, DeSantis a veces ha ejercido el poder de su oficina en Tallahassee en alineación con la retórica de su campaña.
Tras los atentados de Hamas el 7 de octubre en Israel, el gobernador movilizó al Departamento de Gestión de Emergencias de Florida para organizar vuelos de evacuación mientras la guerra hacía estragos, lo que permitió sacar a casi 700 ciudadanos estadounidenses del sitio del conflicto.
Su polémica posición respecto a la frontera con México
Incluso antes de anunciar su candidatura, DeSantis envió a miembros de las fuerzas del orden y de la Guardia Nacional de Florida a la frontera sur para apoyar los esfuerzos de los funcionarios de Texas. Pero el gobernador del estado, Greg Abbott, acabó apoyando a Trump en la contienda presidencial.
Trump siempre supuso un obstáculo difícil de superar para el gobernador, sobre todo al principio de su candidatura.
Las trayectorias de los dos precandidatos habían estado entrelazadas durante años. El expresidente ayudó a la carrera de DeSantis con un respaldo que impulsó al entonces congresista a la nominación republicana en 2018 para gobernador de Florida.
Sin embargo, las aspiraciones presidenciales de DeSantis dependían de si el partido estaba dispuesto a deshacerse de su incendiario líder populista.
Mientras que la candidatura de Trump se ha visto a menudo eclipsada por sus problemas legales y las polémicas de su mandato, DeSantis se negó a menudo a criticar al favorito en los primeros meses de su campaña, mientras trataba de ganarse a sus votantes.
En algunos raros momentos, DeSantis generó titulares con comentarios sobre la criticada respuesta de Trump durante los disturbios del 6 de enero en el Capitolio o su negacionismo tras perder las elecciones de 2020 frente al demócrata Joe Biden.
Al final de su carrera, DeSantis atacó regularmente a Trump en sus discursos de campaña, reprendiendo al expresidente por no cumplir promesas que hizo en 2016, como la construcción de un muro con México. También lo criticó por negarse a participar en los debates de las primarias y por su gestión de la pandemia de COVID-19.