Por Acacia Coronado - The Associated Press
Uno de los dos hermanos de Texas a los que las autoridades locales acusan de disparar contra un grupo de migrantes que buscaban agua cerca de la frontera con México, matando a un hombre e hiriendo a una mujer, fue director de un centro de detención de inmigrantes con un historial de denuncias de abusos.
Michael y Mark Sheppard, ambos de 60 años, están acusados de homicidio involuntario por el tiroteo, que se produjo el martes en el condado rural de Hudspeth, a unas 90 millas (145 kilómetros) de El Paso, según los documentos judiciales conocidos este jueves.
Registros consultados por la agencia de noticias The Associated Press (AP) muestran que Michael Sheppard fue director del Centro de Detención del Oeste de Texas, una instalación de propiedad privada que albergaba a migrantes detenidos migrantes.
Scott Sutterfield, portavoz de la empresa que gestiona el centro, Lasalle Corrections, explicó a AP que fue despedido “debido a un incidente fuera de servicio no relacionado con su empleo”. Evitó hacer más comentarios por la “investigación criminal en curso”.
Un informe de 2018 de la Universidad de Texas y de Texas A&M, y de la organización a favor de los derechos de los migrantes RAICES, cita varias denuncias de abusos físicos y verbales contra migrantes africanos en esa instalación. Según este reporte, el director de la prisión "estuvo implicado en tres de las denuncias de amenazas verbales de detenidos, así como en incidentes de violencia física". Ese director mencionado en el reporte no aparece identificado.
Una portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) dijo a AP que esa instalación no alberga a detenidos federales desde octubre de 2019, después de que se abriera otro centro mayor en las cercanías.
La mujer que resultó herida durante el tiroteo fue trasladada a un hospital de El Paso, donde se recuperaba de una herida de bala en el estómago, según el Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS, por sus siglas en inglés).
El DPS dijo que las víctimas se encontraban entre un grupo de inmigrantes que estaban junto a la carretera bebiendo agua de un depósito cuando un camión con dos hombres dentro se detuvo.
Según los documentos judiciales, el grupo se había resguardado para evitar ser detectado cuando el camión pasó por primera vez, pero el vehículo dio marcha atrás. El conductor, entonces, salió del auto y disparó dos veces contra el grupo.
Testigos del grupo dijeron a los agentes federales que, justo antes de oír los disparos, escucharon a uno de los dos hombres del vehículo gritarles términos despectivos y acelerar el motor, según los documentos judiciales.
Lloyd Doggett, junto con otros congresistas demócratas de Texas, pidió el sábado una investigación federal sobre el tiroteo.
"La deshumanización, la degradación de las personas que buscan refugio en este país, muchas de las cuales son personas de color, es lo que ha contribuido a la violencia que vemos aquí", dijo Doggett.
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En uno de los relatos detallados en el informe, un inmigrante dijo a los abogados que Sheppard le golpeó en la cara mientras estaba en la enfermería y que cuando se dirigió a los funcionarios médicos le dijeron que "no habían visto nada".
"A continuación me pusieron en aislamiento, donde me obligaron a tumbarme en el suelo con las manos esposadas a la espalda mientras el director me daba repetidas patadas en las costillas", dijo en el informe un migrante bajo el nombre de Dalmar.
Ese año, los abogados presentaron una queja de derechos civiles sobre las alegaciones, pero según la carta de respuesta enviada para ellos en 2021, la Oficina de Derechos Civiles y Libertades del Departamento de Seguridad Nacional llevó a cabo una investigación in situ, hizo múltiples recomendaciones a ICE, pero no encontró pruebas de "ningún incidente de uso excesivo de la fuerza" ni de "incidentes de segregación indebida" y consideró que algunos usos de la fuerza habían sido adecuados.