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Idaho retrasa la ejecución de un asesino en serie tras problemas para ponerle la inyección letal

Thomas Eugene Creech, de 73 años, es uno de los reos que más tiempo lleva en el corredor de la muerte en Estados Unidos.

Por Rebecca Boone — The Associated Press

Idaho retrasó este miércoles la ejecución del asesino en serie Thomas Eugene Creech, uno de los reos que más tiempo lleva en el corredor de la muerte en Estados Unidos, tras intentar sin éxito aplicarle la inyección letal.

Creech, de 73 años, fue encarcelado en 1974 y fue condenado por cinco asesinatos en tres estados. Es sospechoso de otros más.

Ya cumplía cadena perpetua cuando en 1981 mató a golpes a un compañero de prisión, David Dale Jensen, de 22, el crimen por el que Creech iba a ser ejecutado más de cuatro décadas después.

Creech fue trasladado en camilla a las 10:00 a.m. (hora local) a la sala de la Institución de Máxima Seguridad de Idaho. Las autoridades anunciaron que suspendían la ejecución unos 58 minutos después.

Thomas Eugene Creech.
Thomas Eugene Creech.Idaho Department of Correction via AP

Seis funcionarios de Idaho, entre ellos el fiscal general Raul Labrador, y cuatro representantes de los medios de comunicación, entre ellos un periodista de The Associated Press, presenciaron el intento de ejecución.

El director de la prisión de Idaho declaró que el equipo médico no pudo conectar una vía intravenosa para administrar el fármaco mortal. Tres miembros de dicha agrupación intentaron repetidamente encomntrar una vía intravenosa en los brazos y las piernas de Creech.

Las vías parecían estar en el pliegue de los brazos, en las manos, cerca de los tobillos y en los pies. En un momento dado, el carro con el material médico se colocó delante de la ventana de observación de los testigos de los medios de comunicación, lo que impidió ver los esfuerzos del equipo médico. Un miembro del mismo también tuvo que abandonar la cámara de ejecución para buscar más suministros.

En cada uno de los intentos de canalizar una vía intravenosa, el equipo médico limpiaba la piel con alcohol, inyectaba una solución anestésica, volvía a limpiar la piel y luego intentaba colocar con éxito el catéter intravenoso.

Cada intento duraba varios minutos, en los que los miembros del equipo médico palpaban la piel alrededor de la vía intravenosa y observaban atentamente mientras intentaban colocar las agujas.

Durante todo el proceso, Creech miró con frecuencia a sus familiares y abogados, que estaban sentados en una sala de testigos separada. Tenía los brazos atados a la mesa, pero a menudo extendía los dedos hacia ellos, a veces en forma de media onda, a veces simplemente extendiéndolos.

En alguna ocasión pareció decir “Te quiero” a alguien de la sala.

Tras detener la ejecución, el alcaide se acercó a Creech, le susurró durante varios minutos y le apretó el brazo.

Los abogados de Creech presentaron inmediatamente una nueva petición de suspensión ante el Tribunal de Distrito de EE.UU.

“Dada la gravedad del intento de ejecución de esta mañana, que demuestra la incapacidad del Departamento Correccional de Idaho (IDOC) para llevar a cabo una ejecución humana y constitucional, los abogados abajo firmantes solicitan preventivamente una suspensión de emergencia de la ejecución para impedir que se produzcan nuevos intentos hoy", argumentaron.

El IDOC declaró que la orden de ejecución de Creech iba a expirar y que estaba estudiando los pasos a seguir.

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Los abogados de Creech presentaron una serie de recursos hasta último momento, con la esperanza de evitar su ejecución. Alegaron que su audiencia de clemencia había sido injusta, que era inconstitucional ejecutarlo porque había sido condenado por un juez y no por un jurado y que había recibido mal servicio de abogados.

Pero los tribunales no encontraron motivos para ortorgar clemencia. La última oportunidad de Creech —una petición a la Corte Suprema de Estados Unidos— fue denegada pocas horas antes de la ejecución prevista para este miércoles.

El martes por la noche, Creech pasó un rato con su esposa en la Institución de Máxima Seguridad de Idaho, al sur de Boise, y tomó una última cena que incluía pollo frito, puré de patatas, salsa y helado.

Un grupo de unos 15 manifestantes se había reunido frente a la prisión el miércoles, y en un momento dado cantaron Amazing Grace, un himno cristiano.

Creech, natural de Ohio, ha pasado la mayor parte de su vida tras las rejas en Idaho, aunque sus delitos se cometieron en varios estados del oeste del país.

Fue encarcelado por primera vez en Idaho en 1974 por las muertes a tiros de John Wayne Bradford y Edward Thomas Arnold, dos pintores de casas que habían recogido a Creech y a su novia mientras hacían autostop. Cumplía cadena perpetua por esos asesinatos en 1981, cuando mató a golpes a Jensen, quien tenía una discapacidad y cumplía condena por robo de coches.

La Institución de Máxima Seguridad de Idaho, cerca de Kuna, Idaho, el miércoles 28 de febrero de 2024.
La Institución de Máxima Seguridad de Idaho, cerca de Kuna, Idaho, el miércoles 28 de febrero de 2024. Kyle Green / AP

Los familiares de Jensen lo describieron como un alma bondadosa a la que le encantaba cazar y estar al aire libre durante la audiencia de clemencia de Creech el mes pasado. La hija de Jensen tenía sólo cuatro años cuando él murió, y habló de lo doloroso que fue crecer sin un padre, reconstruyendo todo lo que sabe de él a partir de las descripciones y recuerdos de otras personas.

Los partidarios de Creech han presionado para que su condena se convierta en cadena perpetua sin libertad condicional, afirmando que es un hombre profundamente cambiado. Hace varios años se casó con la madre de un funcionario de prisiones, y antiguos trabajadores de la cárcel aseguraron que era conocido por escribir poesía y expresar con frecuencia su gratitud por su trabajo.

Además de los asesinatos de Idaho, Creech fue condenado por matar en 1974 a William Joseph Dean en Oregon y a Vivian Grant Robinson en California. También fue acusado de asesinar ese mismo año a Sandra Jane Ramsamooj —también en Oregon-, pero la acusación se retiró luego a la luz de sus otras condenas por homicidio.

En 1973, Creech fue juzgado por el asesinato de Paul Schrader, de 70 años, en Tucson (Arizona), pero fue absuelto del delito. Las autoridades siguen creyendo que fue responsable de ese homicidio y afirmaron que Creech proporcionó información que les condujo a los cadáveres de dos personas cerca de Las Vegas y de otra cerca de Baggs (Wyoming).

La ejecución de Creech iba a ser la primera en Idaho en 12 años.