El guatemalteco Elvin Mazariegos Pérez, de 30 años, murió baleado este lunes en el municipio Mazapa de Madero, en el estado mexicano de Chiapas, en la frontera con Guatemala, según confirmaron autoridades de ambos países.
La fiscalía de Chiapas, a través de la Fiscalía de Inmigrantes, aseguró en un comunicado que investiga el caso como un homicidio calificado en agravio. Los hechos ocurrieron en el barrio San José Bacantum, precisó.
Por su parte, el canciller guatemalteco, Pedro Brolo, condenó la muerte de Mazariegos y exigió a las autoridades mexicanas el esclarecimiento de este crimen.
Qué se sabe sobre lo sucedido
El guatemalteco murió la tarde del lunes en un retén del Ejército mexicano, a pocos metros de la línea que divide México y Guatemala, señalan medios de ambos países.
El cuerpo de Mazariegos fue encontrado dentro de un Mitsubishi gris con placas de Guatemala. Tenía una lesión de proyectil de arma de fuego en el cuello y en el pecho, según confirmó la fiscalía mexicana.
Cuando soldados de la VII Región Militar pararon la camioneta, Mazariegos, que viajaba como copiloto, sacó un arma y les apuntó, precisaron los periódicos El Universal y Milenio.
Fue entonces que los militares le dispararon.
Los militares le dispararon a él y a su acompañante luego de que estos se negaran a identificarse, según el medio mexicano Nación321 que habló con sus familiares. Mazariegos iba de regreso a su país tras comprar mercancía. Vivía en el poblado La Esperanza, en el Departamento de San Marcos.
Al ver lo sucedido, habitantes de Bacantum y otras comunidades cercanas detuvieron a los soldados que mantenían el retén. Estos fueron presuntamente llevados a Guatemala, agregaron los medios citados. El periódico guatemalteco Prensa Libre, que citó a fuentes anónimas del Ejército de este país, confirmó la retención de los militares mexicanos.
Funcionarios de la Secretaría General de Gobierno de Chiapas dialogaron con las personas que retuvieron a los soldados para saber qué han decidido hacer con ellos, agregó El Universal.
Pero hasta ahora, ni ellos ni la fiscalía mexicana han dicho cuántos soldados siguen detenidos por este grupo de pobladores mexicanos y guatemaltecos ni en qué condiciones se encuentran.
Tampoco se sabe si la familia del guatemalteco busca una indemnización o que el caso sea juzgado en Guatemala.
Esta zona alberga el paso clandestino de Bacantum-La Esperanza, comúnmente utilizado para el tráfico de productos como gasolina, azúcar, café, divisas y otras mercancías.
Este crimen sucedió a tan solo unos días de que una inmigrante salvadoreña muriera tras ser sometida por policías municipales en Tulum, México. Un caso que ha conmocionado a ambos países.
Ocurrió también cuando el Gobierno mexicano ha desplegado cientos de elementos del Ejército y la Guardia Nacional en su principal cruce de la frontera sur, entre el estado de Chiapas y Guatemala, en medio del creciente flujo migratorio. Este martes una nueva caravana se prepara para salir rumbo a Estados Unidos desde Honduras.
Con información de El Universal, Milenio, Prensa Libre, Nación321 y Efe.