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El Senado aprueba por abrumadora mayoría el nuevo tratado comercial de Norteamérica, ¿promoverá el crecimiento económico?

La aprobación del pacto comercial –el TMEC– es una importante victoria política y legislativa para Trump, según analistas políticos.

WASHINGTON.— El Senado aprobó este jueves de forma abrumadora el nuevo tratado comercial de Norteamérica, enviando al Despacho Oval una de las máxima prioridades legislativas del presidente Donald Trump.

Con 89 votos a favor y 10 en contra, el Senado envió el Acuerdo entre EE.UU., México y Canadá (USMCA, por su sigla en inglés), a la Casa Blanca, donde Trump prevé firmarlo la próxima semana.

La votación en el pleno del Senado fue una rara ocasión de colaboración bipartidista, ya que la Cámara Alta está inmersa en un espinoso en un juicio político contra Trump. 

 Nueve senadores demócratas votaron en contra, incluyendo el líder de la minoría, Chuck Schumer y los excandidatos presidenciales, Cory Booker y Kamala Harris, al igual que un republicano. 

El senador independiente por Vermont y precandidato presidencial demócrata, Bernie Sanders, también votó en contra, por considerar que el pacto aún carece de suficientes salvaguardas laborales y no frenará el desplazamiento de puestos de trabajo a México.

El pacto trilateral ya fue ratificado por México, y sólo falta la aprobación del gobierno de Canadá para su implementación. 

La portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, dijo que, con la aprobación del pacto en el Senado, Trump ha cumplido una promesa electoral al entregar otro triunfo comercial para los trabajadores estadounidenses.

El acuerdo restablecer el equilibrio en el intercambio comercial entre los tres países y "conducirá a un crecimiento económico y de empleos significativo en Estados Unidos", aseguró Grisham. 

Trump difundió en Twitter un montaje de Fox News que resume las "promesas cumplidas" del mandatario, incluyendo el nuevo pacto comercial. 

 El pacto, negociado en medio de agrias disputas partidistas a lo largo de más de 14 meses, ya había pasado su primera prueba de fuego en la Cámara de Representantes, donde recibió una votación de 385-41 el pasado 19 de diciembre.

De hecho, la Cámara de Representantes, bajo control demócrata, aprobó el acuerdo después de que la oposición lograse importantes modificaciones con la inclusión de cláusulas laborales y ambientales, y el fortalecimiento de medidas de supervisión para la industria farmacéutica.

"Debieron incluir cláusulas más fuertes"

Haciéndose eco de algunos sindicatos que se opusieron al acuerdo, la congresista demócrata por Washington, Pramila Jayapal, dijo hoy a Noticias Telemundo que, si bien el acuerdo contiene mejoras significativas respecto al NAFTA "por las presiones demócratas", éste se queda corto.

"El acuerdo es mucho mejor porque nosotros insistimos en esas modificaciones, pero voté en contra porque creo que debieron incluir cláusulas más fuertes", afirmó.

Entre otros elementos, el nuevo pacto exige que buena parte de los automóviles sean fabricados con refacciones hechas en Norteamérica, y que al menos el 40% de las partes provengan de plantas donde los trabajadores ganan al menos $16 por hora.

Trump, Peña Nieto y Trudeau en 2018 en Buenos Aires, Argentina, en una ceremonia para firmar el acuerdo comercial.
Trump, Peña Nieto y Trudeau en 2018 en Buenos Aires, Argentina, en una ceremonia para firmar el acuerdo comercial.AP/Pablo Martinez Monsivais / AP

En la imagen de archivo, Trump, Peña Nieto y Trudeau a finales de 2018 en Buenos Aires, Argentina. 

El pacto también amplía el acceso de productos lácteos de EE.UU. al mercado canadiense; modifica el sistema de arbitraje comercial; y moderniza los reglamentos en torno al comercio digital y la protección de la propiedad intelectual. 

De cara a sus esfuerzos de reelección en noviembre próximo, Trump ha apostado por la aprobación del pacto como un arma electoral, porque además beneficiará a estados con fuerte presencia manufacturera y agrícola, incluyendo algunos bajo control republicano.

En ese sentido, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott,  dijo en Twitter que el acuerdo "es un gran gane" para su estado porque ayudará a crear empleos. 

Trump ganó la presidencia en 2016 con una retórica nacionalista y repleta de promesas de defender los intereses de Estados Unidos y al ciudadano de a pie. Así, Trump prometió modificar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN, o NAFTA por su sigla en inglés) o retirarse del todo de ese pacto, implementado en 1994.

El mandatario siempre ha insistido en que el antiguo pacto fue el “peor acuerdo comercial jamás negociado” porque, a su juicio, perjudicó enormemente a las empresas y agricultores estadounidenses. Su reemplazo, conocido por su sigla en español como T-MEC,  les traerá más y mejores oportunidades en la arena internacional, según la Casa Blanca. 

La aprobación del pacto se produjo un día después de que Trump suscribiera con China la primera fase de un nuevo acuerdo con ese país asiático, con el cual también ha mantenido disputas comerciales.

Sin embargo, el nuevo acuerdo comercial no tendrá el impacto que desea la Casa Blanca en el crecimiento económico del país. 

La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos dijo en un informe que el pacto tendrá como mucho un impacto moderado en la economía, mediante la creación de 175,700 puestos de trabajo a tiempo completo, y causará un incremento del 0.35% en el Producto Interno Bruto.