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Un joven burla al Servicio Secreto para acercarse a Trump en Mar-a-Lago: “Quería saber hasta dónde podía llegar”

Caminó por la playa, cruzó por un túnel y se hizo pasar por miembro del club de Mar-a-Lago. Así le cazaron.
La Guardia Costera vigila el complejo de Mar-a-Lago el pasado 22 de noviembre.
La Guardia Costera vigila el complejo de Mar-a-Lago el pasado 22 de noviembre. AP / AP

Un adolescente se infiltró en el complejo de ocio de Mar-a-Lago, propiedad de Donald Trump, y burló parte de la seguridad cuando el presidente se encontraba en las instalaciones. Preguntado sobre por qué lo hizo, explicó: “Quería saber hasta dónde podría llegar”. Lo cierto es que llegó lejos, quizá demasiado lejos.

Durante las pasadas vacaciones de Acción de Gracias, Mark Lindblom, de 18 años, caminó por la playa frente al complejo presidencial, en Palm Beach (Florida) hasta un túnel a través del cuál entró al recinto.

El joven, estudiante universitario de primer año en Washington DC, se encontraba en el área visitando a sus abuelos, que son socios del club Palm Beach Bath & Tennis. Esta instalación comparte playa con el recinto de Trump.

Lindblom burló a los agentes del Servicio Secreto afirmando que era miembro del club presidencial, y pudo vagar así durante 20 minutos, tomando fotografías con su teléfono celular, por esas instalaciones antes de ser detenido, según informa el diario The Palm Beach Post.

Entre tanto, el presidente pasaba allí el fin de semana festivo, publicando mensajes en la red social Twitter sobre cómo estaba dispuesto a cerrar la frontera para evitar la llegada de una caravana de inmigrantes entre los que, según dijo, se escondían criminales y posibles terroristas.

Según la Fiscalía, el joven tomó “una decisión excepcionalmente tonta”, pero no hay razones para pensar que tenía “propósitos políticos, criminales o terroristas”.

“Quería saber hasta dónde podía llegar”, aseguró el joven durante su juicio este martes.

Aparentemente arrepentido, pidió disculpas por hacer perder el tiempo a los agentes del Servicio Secreto, “dedicados a servirnos y a proteger al presidente”.

Podía haber terminado seis meses en prisión, pero el juez decidió ponerle un año en libertad condicional.

Este episodio vuelve a levantar dudas sobre la seguridad en Mar-a-Lago, después de que una mujer china, Yujing Zhang, de 33 años, fuera arrestada en marzo por entrar en Mar-a-Lago sin permiso y con aparatos electrónicos sospechosos.


El Servicio Secreto se disculpó entonces, afirmando que “no determina quién es invitado o bienvenido en Mar-a-Lago”, responsabilidad que corresponde a la administración del club.