El comandante de un campamento en Tornillo, donde permanecen 326 niños inmigrantes detenidos, llamó a la política de cero tolerancia del presidente Trump “una decisión increíblemente estúpida” que perjudicó a los menores.
Asimismo, agregó que tanto él como su equipo desprecian el trabajo que tienen que hacer, según reporta la página buzzfeed.com
“Estoy totalmente en contra de la separación. Nunca debió haber sucedido”, dijo a un grupo de reporteros este lunes cuando la prensa accedió a la instalación bajo ciertas restricciones.
“Fue decisión increíblemente estúpida por parte de nuestro líder”, agregó el comandante. “Fue defectuosa. Todo lo que hizo fue dañar a los niños, no hay dudas sobre eso”.
Como parte de las restricciones impuestas a los periodistas, incluyendo la prohibición de cámaras y dispositivos de grabación, el Departamento de Salud y Servicios Humanos exigió que no se revelara el nombre del comandante de la instalación.
La persona no es un empleado del gobierno, pero trabaja para BCFS, una organización sin fines de lucro con sede en Texas que responde ante eventos de emergencia y que fue contratada para responder a las solicitudes de refugio de emergencia y logística en Tornillo.
Relacionado: Autoridades liberan a 30 padres separados de sus hijos y los acoge un refugio en Texas
"Esta operación no habría sido necesaria sin las separaciones", dijo el comandante. "La crisis se produjo como resultado de la decisión de separar a los niños. 100%”.
Los niños en Tornillo, localizado a unas 30 millas en las afueras de El Paso, Texas, tienen entre 13 y 17 años, y la mayoría son varones adolescentes. Un total de 26 fueron separados de sus padres y tres han sido reunidos con miembros de sus familias.
El comandante del centro dijo que había estado trabajando para que la prensa pudiera acceder y ver cómo era la vida adentro. Él lo comparó con un campamento de verano y señaló que los niños se alimentaban bien, dormían en literas en las tiendas de campaña y jugaban fútbol.
A los más de 20 periodistas que recorrieron las instalaciones se les pidió que no hablaran con los niños ni con los empleados de lugar.