- La comunidad inmigrante ha sido convocada a no acudir a sus puestos de trabajo

- El objetivo es claro: demostrar la contribución de los inmigrantes al país

- "Tenemos que dar la cara, decir la verdad: somos trabajadores, no criminales”

Miami, FL.- La comunidad inmigrante ha sido convocada este jueves a no acudir a sus puestos de trabajo, a no consumir y a manifestarse públicamente en protesta por las últimas políticas de la administración Trump en materia migratoria. El objetivo es claro: demostrar cual es la verdadera contribución de los inmigrantes  al país y hacer un llamamiento para que no se rompan familias a través de las deportaciones.

Aún es pronto para valorar, en participación y en términos económicos, el alcance del movimiento “Un día sin inmigrantes” que este 16 de febrero se está siguiendo en las principales ciudades del país. Muchas de esas urbes son importantes receptoras de inmigrantes como es el caso de Miami, Boston, Chicago, Nueva York y Los Ángeles, entre otras. 

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En el centro de Raleigh, en el estado de Carolina del Norte, la periodista de Telemundo Angie Sandoval ha salido a la calle para conocer de primera mano la respuesta a este movimiento y preguntar a los inmigrantes cómo se sienten en un momento en el que reina la incertidumbre y el miedo.

En todas estas ciudades también han sido convocadas manifestaciones de protesta para hacer aún más fuerte su voz y trasladar a la administración Trump la importancia de la comunidad inmigrante en el país.

Sandoval entrevistó a una familia mexicana que decidió acudir hoy a la marcha de Raleigh para pedir al presidente Trump que cesen las deportaciones de gente que no tiene cargos criminales.

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“El estar con miedo y escondernos no nos va a llevar a nada. Tenemos que dar la cara, decir la verdad: somos trabajadores, no criminales”, subrayó el padre de esta familia mexicana.

El hombre explicó que, al igual que millones de inmigrantes en este país, no hacen otra cosa que luchar por un mejor futuro. “Todos tenemos derechos y obligaciones, pero no es posible que nos criminalicen a todos”, puntualizó a raíz de algunos casos que han saltado a los medios de comunicación en los últimos días y que tienen como protagonistas a jóvenes o madres de familia que, sin antecedentes penales graves, están al borde de la deportación por haber ingresado ilegalmente en el país.

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En este sentido, la esposa de este inmigrante mexicano quiso dejar claro que no están en contra de que se deporten a criminales violentos. “No todos somos criminales, en todo el mundo hay buenos y malos, pero nosotros estamos aquí trabajando honradamente y no estamos quitando el trabajo de nadie. Trabajamos para que nuestros hijos sean grandes en este país”, subrayó.

El hijo de este matrimonio, Joaquín de ocho años de edad, pidió al presidente Trump que no separe a las familias. “Yo quiero ser fuerte con mi papá y mi mamá… Nosotros somos importantes en este país y no nos pueden separar de las familias”.  “Esta actitud no es de un presidente”, agregó el pequeño.

Una de las razones que esgrimía en campaña y a la que sigue aludiendo el presidente Trump es que los inmigrantes quitan el trabajo a los americanos. El presidente Trump, como ya se ha encargado de repetir en reiteradas ocasiones, busca devolver el empleo a los estadounidenses.

La realidad es que millones de indocumentados realizan diariamente tareas que suponen una importante contribución al mercado laboral en el país, en el sector servicios y en el campo, por citar algunos.

El movimiento “Un Día sin Inmigrantes” ha sido seguido por muchos comercios en distintas ciudades, además de que muchos padres han optado por no mandar a sus hijos al colegio. En el caso de la capital del país, muchos restaurantes amanecieron con sus puertas cerradas como muestra de solidaridad. En Miami, Nueva York, Los Ángeles y Washington la protesta también incluye un paro nacional.