Washington. - El número de bebés de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos en 2013 se ubicó en 295.000, lo que supuso un descenso de 15.000 respecto al del año anterior y 75.000 menos que la marca histórica registrada en 2006, según un nuevo estudio divulgado hoy por el instituto de investigación PEW.
El estudio, que analiza las últimas cifras oficiales de nacimientos disponibles, asegura que ese número de nacidos de madres que eran inmigrantes indocumentadas supuso en 2013 un 8 % del total de 3,9 millones de nacimientos que hubo ese año en Estados Unidos, un porcentaje que se mantiene invariable desde 2003.
(Ver también: Cientos de niños inmigrantes permanecen en centros de la patrulla fronteriza)
Desde comienzos de la década de 1980 a mediados de la de 2000, los nacimientos de bebés de personas sin papeles aumentaron fuertemente, agrega el estudio, cuya publicación coincide con el debate entablado por algunos candidatos republicanos sobre si conviene retirar el derecho a la ciudadanía a los hijos de indocumentados nacidos en territorio estadounidense.
Si en 1985 los bebés nacidos de madres sin papeles ascendieron a 45.000, lo que suponía un 1 % del total, en 2006 ese número alcanzó la marca histórica de 370.000 (un 9 %), pero desde entonces han caído, agrega el estudio.
Así, en 2008 pasaron a ser 355.000, y en los años sucesivos, 330.000, 320.000, 305.000 y 310.000, para llegar a los 295.000 de 2013, pero en todos los casos el porcentaje del total fue 8%.
El instituto PEW calcula que para marzo de 2013, en Estados Unidos vivían unos 11,3 millones de inmigrantes indocumentados, es decir, un 4 % de la población total del país.
Asimismo, asegura que en 2012 había 4,5 millones de niños nacidos en EE.UU., menores de 18 años, que vivían con sus padres indocumentados, al igual que 775.000 menores de 18 años que estaban en situación irregular al igual que sus padres.
La Enmienda 14 de la Constitución de EE.UU., adoptada en 1868, concede la ciudadanía automáticamente a cualquier persona nacida en el país, pero recientemente algunos políticos, como el precandidato presidencial republicano Donald Trump, han puesto en entredicho ese derecho por considerar que fomenta la inmigración ilegal.