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Brigitte y Emmanuel Macron, la historia de amor que desafió todos los prejuicios

Cuando se conocieron ella era casada, tenía 39 años y él apenas 16. Muchos consideran que jugará un papel importante al lado del nuevo presidente francés.

una de las fotos que ha generado la noticia del día, la elección del centrista emmanuel macron como próximo presidente de francia, ha sido la de su beso con brigitte trogneux, de 64 años, la esposa más vieja del presidente más joven de la historia de ese país.

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vale la pena entonces preguntarse -más allá del desbalance de 25 años entre esta señora, maestra de profesión, madre y abuela tras un primer matrimonio-, sobre el papel que jugará cuando su esposo asuma finalmente las riendas del país y se siente en el buró más importante del palacio del elíseo.

emmanuel macron y brigitte trogneux celebran la victoria electoral el 7 de mayo de 2017.

francia es un país donde los asuntos de alcoba de los políticos no son tenidos en cuenta a la hora del escrutinio público. es un tema que la prensa aborda, en efecto, pero, salvo en los pasillos y en las sobremesas, las decisiones amorosas y amatorias de los “representantes del pueblo” son cosa de ellos.

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y, si no, que se lo pregunten al presidente saliente, el nada carismático françois hollande, quien en un único mandato de cinco años ha debido lidiar con una ex esposa, ségolène royal, madre de sus cuatro hijos y ministra de ecología, desarrollo sostenible y energía; una pareja más que estable, la periodista valérie trierweiler, y una amante actriz, de nombre julie gayet. ¡a la vista de todos!

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en el caso del flamante presidente macron, líder del emergente movimiento en marche!, no hacía un par de horas de su elección cuando ya declaraba que su esposa cumpliría un papel importante en su entorno.

según puede deducirse, el plan de macron estaría en asignarle a brigitte trogneux funciones de primera dama más propias de otras fórmulas de gobierno, como las de estados unidos y otras naciones, rompiendo el molde habitual de la política francesa.

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lo primero que rompe esquemas es el modo en que macron y trogneux comenzaron sus relaciones, cuando ella era una mujer casada con un banquero, madre de tres hijos, que fungía como profesora de francés y de teatro en un liceo de jesuitas en amiens, una tranquila ciudad aburguesada del norte del país.

entonces ella tenía la edad que ahora tiene su esposo (39) y provenía de una prominente familia de productores de chocolate, mientras él era un adolescente centrado de apenas 16.

de aquella época data este romance propio, un vínculo que parece haberse acentuado cuando ambos se reencontraron en parís -ella ya divorciada- y prosiguió en una relación que se completa en 2007 con una ceremonia de matrimonio. 

“nadie va a saber en qué momento nuestra historia se convirtió en una historia de amor -ha puntualizado trogneux-. eso nos pertenece a nosotros. ese es nuestro secreto”.

en la actualidad, los tres hijos adultos de trogneux, están vinculados de alguna manera con la campaña de macron, hasta el punto de que los hijos de estos llaman “abuelo” al hombre que, sin siquiera llegar a los cuarenta años, accede a la cúspide política del país.

lo más importante aquí está en que brigitte, de aspecto frágil y carácter fuerte, parece haber sido la musa de su esposo en los últimos e intensos años vinculados a la toma de decisiones, los ministerios y los debates en la asamblea nacional. para el senador del partido socialista en la región de côte-d’or, françois patriat, brigitte es quien le aporta tranquilidad a macron.

de ahí que su principal asesora, la primera persona en leer los discursos de emmanuel, haya sido un baluarte, eso sí, sin salario, como ha explicado irónicamente su marido, en contraste con el derrotado candidato de la derecha, françois fillon, quien ‘coló’ a su mujer y a sus hijos en las plantillas de no pocas de sus operaciones políticas de los últimos años.

porque este es uno de los toques de distinción y de excepción que singularizan la llegada de emmanuel macron a la política de alto nivel en francia: que el nuevo presidente se haya hecho acompañar por una mujer que puede a todas luces ser su madre, pero sin ningún complejo por ambas partes, conscientes de que por diferentes flancos serán objeto de las saetas y las suposiciones de no pocos observadores, pero decididos al fin a consolidar su pareja y su proyecto político.

“todo el mundo la adora -asegura para le monde un militante de en marche! que ha acompañado a la pareja en todos los mítines-.  la gente no solo quiere hacerse fotos con él, sino con ella también”.

esta curiosa relación ha levantado las simpatías de una parte del electorado socialista (feminista, tolerante, moderno), una heterogénea masa de votantes que ha dejado a un lado los supuestos vínculos de macron con el capital, la banca, el gobierno de angela merkel y una lectura liberal de la economía, para apoyar al candidato centrista del movimiento en marche! no nos engañemos: brigitte trogneux ha sido clave para arrastrar consigo a una buena cantidad de votos de la izquierda.

“cuando sea elegido, brigitte tendrá su lugar, no detrás ni escondido, sino a mi lado, donde siempre ha estado”, dijo macron tras ganar la primera vuelta. 

por otra parte, tanto macron como su esposa han dejado entender que no le temen a los periódicos y a las televisoras, y se han prestado para reportajes más abiertos que los que marca la tradición, tratándose de un candidato a la presidencia.

“he decidido no esconder mi vida privada -enfatizó macron hace unas semanas-. ¿por qué? porque sí, tengo una mujer, vamos de vacaciones con ella porque la amo, porque mi familia es importante y es el fundamento de mi vida”.

¿qué queda, entonces? muchos de los que conocen a la nueva primera dama no se han callado ante la prensa. uno de estos la ha retratado como una mujer con una “cabeza bien amueblada y los pies en la tierra". 

por las inevitables muestras de energía y carisma que desprende su figura, no ha faltado un medio de prensa que la bautice como “la obama francesa”, si bien queda claro que ella no asumirá ninguna cartera directa en el gobierno.

obvio, trogneux está muy lejos de la “mujer florero” que apenas se atreve a abrir la boca, opacada por la sombra de un esposo y presidente imponente.

en la mente de muchos aparece nuevamente françois hollande, pillado infraganti a bordo de una motocicleta, llegando al apartamento de su amante gallet, y la posterior crisis nerviosa de valérie trierweiler cuando se enteró de todo.

también se suele evocar a la figura de la cantante y ex modelo italiana carla bruni, esposa de nicolás sarkozy: etérea, aparentando estar por encima de todo, mientras disponía de una oficina y un secretario en el palacio del elíseo a los que se le dio muy poco uso.

“quiero acabar con una hipocresía francesa”, insistió macron hace unos días en la cadena tf1. “la persona con la que usted vive debe poder tener un papel, y que sea reconocido”.