Es común que muchas mujeres embarazadas comiencen a sentir un intenso dolor en la zona del pubis durante el último trimestre. Esto se debe a que la sínfisis, que es una articulación de cartílago duro que une los huesos de la pelvis, se ensancha debido a causas hormonales. Este dolor, que tiene una intensidad nivel medio, es propio de la gestación.
Esto es a causa de que el espacio de la articulación es de apenas unos 5 milímetros, pero durante el embarazo y el parto, la separación de la sínfisis púbica puede llegar hasta el centímetro, y eso se considera normal, sin embargo tras el alumbramiento debe regresar a su naturalidad, pero en ocasiones se queda en los 10 o 13 milímetros y ya se considera una patología.
Hay algunas formas para controlar ese dolor durante el embarazo y después de él, sin embargo, si no desaparece, lo mejor es hablar sobre ese tema con el ginecólogo.
Los síntomas de la disfunción de la sínfisis púbica son: produce un dolor intenso en la articulación del pubis y por encima de ella, incluso se esparce a toda la pelvis, hacia la ingle, la parte baja de la espalda, incluido los muslos, por lo que a veces puede ser muy doloroso caminar o subir escaleras. El dolor aumenta cuando las mujeres cargan algún objeto pesado.
La mejor forma de combatir el dolor es realizar ejercicios que aumenten la musculatura pélvica, eso evita que los síntomas progresen. Otro consejo es poner atención en la posición de las piernas, las cuales deben estar lo más simétricas posible y nunca apoyar todo el peso en una sola.
Otras formas para minimizar el dolor, son: no sentarse con las piernas cruzadas, dormir con un cojín entre las piernas y de medio lado, no estar por un prolongado periodo de tiempo de pie, a la hora de ponerse la ropa, una buena idea es hacerlo sentada y no apoyar el peso en una pierna.
También es importante que cuando la mujer se levante de la cama, lo haga con dos piernas a la vez. Tampoco debe intentar empujar objetos pesados como el carro del supermercado.
La buena noticia, es que tras el parto, este dolor suele desaparecer paulatinamente, ya que el cuerpo comienza a reajustarse, por lo que las molestias pueden durar unos meses y en casos muy raros, hasta un año. En caso de que el dolor se prolongue por más tiempo, es necesario hablar con un médico para que vea que procedimiento tomar.
Según el ginecólogo Juan Ordás, de la Unidad de Reproducción Asistida de Vithas Internacional de Madrid, en los casos un poco graves se recomienda reposo y analgésicos, también es necesario utilizar un cinturón pélvico que ayuda a estabilizar la pelvis, alineando los huesos y ejerciendo una sujeción estable.
En los casos en los que el dolor es insoportable y hay una separación mayor a 4 centímetros, se requiere de un tratamiento quirúrgico o cirugía ortopédica.
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