Cuando el granjero Rubens Braz comenzó a criar pollos brasileños, no tenía idea de cuán grande sería la operación -o las aves-.
Unos veinte años después, ahora cría gallos gigantes para la agricultura a pequeña escala y como pasatiempo en el centro de Brasil, se gana la vida con las crecientes ventas en todo el país.
Sus pájaros, llamados “Gallos indios gigantes”, pueden crecer más de 47 pulgadas de altura.
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Las gigantescas aves, que están esperando el reconocimiento formal como una nueva raza, pueden venderse hasta 4,000 dólares cada una, dijo Braz, de algunos de los miles de criadores interesados en el país.
Al principio era un hobby”, dijo en una entrevista en una de sus guarderías en el estado de Goiás. “Luego otros criadores se interesaron y hoy tenemos una operación comercial”.
Su empresa, llamada Avicultura Gigante, sigue siendo un actor de nicho en Brasil, el mayor exportador avícola del mundo y hogar de importantes procesadores de carne, incluidos BRF (BRFS3.SA) y JBS (JBSS3.SA).
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Como la crisis mundial de la gripe aviar ha frenado los negocios este año 2023, limitando el transporte de animales vivos en Brasil, Braz dijo que se ha centrado en suministrar huevos fertilizados a los agricultores cercanos. Sus propias granjas albergan unas 300 aves.
Si bien eso no es suficiente para atender a la industria cárnica, dijo que hay mucha demanda por parte de recolectores y agricultores que buscan reforzar sus rebaños de gallinas “caipira”, o animales criados sin jaulas en pequeñas propiedades principalmente con fines de subsistencia.
(Con información de Reuters)
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