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Esta mujer le dio una lección de belleza a un vendedor de cremas anti-arrugas

Annick Robinson le dio una lección de belleza a un vendedor de cremas anti-arrugas y lo comparte en Facebook para enviar un mensaje de atención

Annick Robinson iba caminando por el aeropuerto de Calgary en Canadá y decidió entrar a una tienda en donde un dependiente le ofreció regalarle una barra de jabón. En un post que publicó en su cuenta de Facebook, la mujer contó la anécdota de su conversación con el vendedor y al momento de escribir esta nota ha sido compartido más de 40,000 veces.  

El vendedor comienza a hablarle sobre su piel: “Su piel tiene un aspecto muy natural, no lleva puesto maquillaje, ¿verdad?”, Annick le contestó que no y seguido el hombre le dijo: “Déjeme adivinar su edad…”. Después de ‘quitarle’ unos 12 años con su calculo, el vendedor le ofreció una crema para las arrugas, asegurándole que si no se cuidaba y le prestaba atención a su piel, terminaría con arrugas mucho más profundas para cuando llegara a los 45 años. La mujer le dijo: “¿Qué hay de malo en tener un aspecto de 40?”. El vendedor insistió y le habló de las bolsas debajo de sus ojos y de las líneas de expresión que su crema podía mejorar en 15 minutos.  

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La respuesta de Annick Robinson ha sido contundente: “¿Qué hay de malo con mis ojos?, tengo un bebé en casa y no he dormido en dos años, así es que si tengo bolsas debajo de los ojos, estoy agradecida de tenerlas, y mi esposo y yo nos reímos mucho. Esas líneas de expresión son culpa de él. A él le encanta cómo me veo y no creo que necesito tu crema”.  

El vendedor insistió con ofrecerle la crema y la mujer remató con esta frase: “Me veo bien ahora y me veré bien cuando tenga 45 y cuando tenga 50 también, porque no hay nada de malo con que una mujer envejezca. La vejez es un privilegio negado para muchos, y no aprecio que comercialices  la juventud en lugar de hacerlo con los productos que ofreces y que denigres a las mujeres que envejecen como táctica de ventas. Gracias, pero no quiero ni necesito tu crema”.  

La publicación de Robinson se ha vuelto viral en internet y ha recibido multitud de comentarios de personas que aplauden su iniciativa de compartir esta anécdota y enviar un mensaje de atención a la sociedad. Su intención es que se cree un movimiento para poner fin a las imposiciones de marketing que tratan de apartar  a las mujeres del ‘amor propio’. En su mensaje defiende que las mujeres tenemos cosas más importantes que hacer en 2016, que gastar un minuto más en preocuparnos por nuestras arrugas o por la aceptación de nuestro aspecto físico.

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