Un estudio en Francia publicado esta semana en la revista Nature señala que es posible que los bebés se contagien de coronavirus cuando todavía están dentro del cuerpo de su madre.
Esto luego de que se diera a conocer el caso de una mujer embarazada de 23 años, que fue admitida en el hospital francés Antoine Béclère tras presentar fiebre y tos severa durante su último trimestre de embarazo.
Los médicos detectaron pruebas genéticas de SARS-CoV-2 en su sangre y en hisopos nasofaríngeos y vaginales, por lo que decidieron que su hijo naciera por cesárea.
Tres días después, nació su bebé, a quien se le hicieron las pruebas de coronavirus correspondientes el mismo día de su nacimiento y 18 días después, y en ambas salió positivo. Pero se descartaron otras infecciones virales, bacterianas y fúngicas.
El pequeño fue inmediatamente aislado en una unidad de cuidados intensivos neonatales e intubado porque estaba afectado por la anestesia general.
Si bien investigaciones previas habían señalado la posibilidad del contagio de madre a hijo a través de la placenta, este es el primer caso comprobado.
"Demostramos la transmisión transplacentaria de SARS-CoV-2 en un bebé nacido de una madre infectada y que presenta compromiso neurológico", explica el informe de la investigación liderada por el doctor Daniele de Luca, del hospital Antoine Béclère.
Diversas pruebas
Según el documento publicado, al bebé no solo se le realizaron las pruebas de COVID-19, sino también exámenes neurológicos y fisiológicos que permitieron llegar a varias conclusiones.
De acuerdo con De Luca, hallaron una elevada carga del virus en la placenta de la madre, que es rica en los mismos niveles receptores encontrados en los pulmones y establecieron que a través del cordón umbilical había contagiado al bebé.
Aunque al principio el bebé parecía saludable, el día tres se puso irritable y comenzó a alimentarse mal. Desarrolló espasmos musculares que hicieron que su cabeza, cuello y espalda se arquearan hacia atrás, una de las señales alarmantes de meningitis, como la que sufrió el bebé de Ferdinando Valencia.
Asimismo, una resonancia magnética reveló signos de gliosis, un efecto secundario de lesión neurológica, que puede provocar cicatrices en el cerebro.
Debido a que en el momento del parto no existía orientación clínica sobre cómo tratar a los bebés infectados, los médicos consideraron administrarle un medicamento antiviral, pero dado que el recién nacido se estaba recuperando gradualmente sin ayuda, no se le administró ningún fármaco específico.
"La buena noticia es que al final del día, el bebé se recuperó mucho. El bebé está clínicamente bien", dijo De Luca a The Guardian.
Aunado a ello, el especialista alerta que las mujeres embarazadas "deben estar tranquilas".
"El embarazo está muy controlado y si tienes algo como esto, puedes controlarlo. En la mayoría de los casos no habrá daños al bebé. Hay muchas cosas que podemos hacer, pero no podemos cerrar los ojos y decir que esto nunca va a suceder", concluyó.
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