Después de dos victorias en los dos primeros partidos del Mundial Femenino, España sufrió un duro revés tras caer goleada (4-0) contra una Japón que tiró de letales contragolpes para pasar por encima de la Roja. Un resultado que deja al combinado asiático primera de grupo. Segunda será una España que llegará a octavos con muchas dudas.
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Para España todo empezó como cabía esperar. Mucho control, mucho pase, pero poca verticalidad contra unas niponas que cerraban espacios con una zaga muy poblada y agazapada para salir como balas en cuanto tuvieran la oportunidad. Y así es como las jugadoras de Japón asestaron sus golpes.
Aprovecharon pérdidas de la selección española para salir al contragolpe y castigar el mal balance defensivo del equipo dirigido por Jorge Vilda. El 1-0 fue el peor defendido. Con apenas tres pases dejaron sola a Hinata Miyazawa frente a Misa y la nipona definió a las mil maravillas.
El segundo, obra de Riko Ueki, y el tercero, que suponía el doblete para Miyazawa no tuvieron que ver con descuidar la espalda de la defensa, sino más bien con un mal balance defensivo de España que permitió a dos velocísimas jugadoras llegar con ventaja frente al arco. Y ahí no perdonaron.
Con ese resultado acabó el primer tiempo. Nunca antes había acabado España el primer acto encajando tres goles en un torneo mayor. Intentaron reaccionar las españolas en el segundo tiempo, pero siguieron sin encontrar la forma de desarmar esa línea de 5 defensoras de Japón. Mucho pase horizontal, pero sin encontrar esa grieta en la zaga nipona.
Justo cuando parecía que el partido ya entraba en esa fase en el que no iba a pasar nada, Mina Tanaka pisó el acelerador para retratar una vez más a la defensa española. Entró en el área sin oposición y se sacó un zapatazo al ángulo para firmar el cuarto y hacer aún más grande la herida de España.