Ruth Sweet empezó a arrancarse el pelo a los 14 años tras el divorcio de sus padres, una situación difícil de procesar para ella. Desde entonces ha padecido de tricotilomanía, un deseo compulsivo de arrancarse el pelo.
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Estuvo ocultando los parches de calvicie que ella misma se había provocado: “fue duro crecer con huecos sin pelo en mi cabeza, pero usaba bandas y me recogía el pelo para esconderlo. Me sentía muy avergonzada de admitir lo que estaba haciendo y lo escondí de todos en el colegio y en la universidad”, dijo al diario británico Metro.
Ruth luchó contra esto por años y eso afectó su autoestima y la seguridad en sí misma. Estuvo saliendo con su novio Josh por cinco años y no fue sino hasta después de casi tres años con él que le confesó que padecía de tricotilomanía. “Si alguna vez notaba los parches de calvicie le decía que se me estaba cayendo el pelo por sí solo”, dijo.
Foto: Grosby
Según contó a Metro, su novio la apoyó y la ayudó a encontrar la motivación para dejar atrás esa enfermedad y buscar el tratamiento adecuado. Así consiguió una prótesis de cabello que se integra con el pelo que ya existe y así poco a poco su pelo natural vuelve a crecer.
Finalmente se casó con el amor de su vida en Julio de 2016 y ha querido compartir su historia para motivar a otras personas que padecen tricotilomanía a pelear por la batalla.
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