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Qué hacer si te dicen: “¡No quiero ir a la escuela!”

¿El “no quiero ir a la escuela” es común en casa? Conoce 6 estrategias aliadas para lidiar con el tema.

Enfermedades inexistentes, berrinches, malhumor… ¿Tu hijo suele oponerse a ir a la escuela? La situación podría ser más común de lo que crees. ¡Descubre qué podrías hacer!

Detrás del “no quiero ir a la escuela”

Intentar evitar la escuela fingiendo una enfermedad, llorando o aferrándose a mamá es muy común entre los niños de primaria. Usualmente, se trata de un pequeño paso atrás en el proceso natural de volverse independiente, explica la psicóloga Jenn Mann en la revista Parents. Sin embargo, a veces, podría tratarse de un signo de ansiedad.

¿Lo estás viviendo en casa? ¡No desesperes! Cualquiera sea la causa, podrías contar con algunas estrategias aliadas:

1. Reconoce sus miedos

Seguir reglas y practicar nuevas habilidades en la escuela requiere de esfuerzo y energía, agrega la experta.

Además, a partir de los 5 años, se produce un aumento natural de la ansiedad, cuando los niños comienzan a comprender que las personas son vulnerables. En consecuencia, podrían desarrollar temores en torno a la muerte, sufrir de lesiones o la posibilidad de perder a sus padres.

2. Habla con tu niño

Conversen acerca de lo que esté molestándole, pero aclárale que el plan es que regrese a la escuela, indica Barbara Markway, psicóloga, en el sitio Psychology Today. Además…

3. ¡Evita los sermones!

Tener extensas discusiones acerca de la importancia de ir a la escuela podría ser contraproducente. Cualquier atención, incluso la negativa, puede reforzar y mantener el problema.

4. Habla con sus maestros

Ambos padres deberían reunirse con la maestra y/o el consejero escolar. Mostrarán en la escuela que están involucrados y comprometidos con el problema.

5. Reduce la diversión

Tu pequeño podría querer evitar ir a la escuela, solo porque estar en casa es más divertido, advierte Mann, en Parents.

¿Se queja, por ejemplo, de que le duele la cabeza? Evalúa si está realmente enfermo. De no ser el caso, motívalo a que asista a clases, sugiriéndole que podrías ir a buscarlo más tarde. Y, si se quedará en casa, bríndale cuidados, aunque sin screen time o regalos.

6. No descartes problemas más profundos

Si tu hijo constantemente se resiste a ir a la escuela, está tan angustiado que no puede dejar de llorar, o muestra otros síntomas de ansiedad, como pesadillas o miedo a que lo dejen solo, consulta al pediatra respecto de la posibilidad de ver a un terapeuta, concluye Mann.

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