Tras la muerte de Phillips, Vicenta asesina a Romero, despertando la furia del peor enemigo de Los Acero, El Teca Martínez, quien va por ella y su hijo. Revive el primer capítulo.
En venganza por la muerte de su hijo, El Teca Martínez manda a secuestrar al niño de la Señora Acero. Ella persigue al raptor, lo elimina y recupera a Danielito.
Para proteger a su tesoro más preciado, Vicenta se despide de su hermano y se marcha con su hijo, huyendo de sus enemigos. Alberto arriesga su carrera para ayudarlos.
Tras una visita sorpresa de Almeida a casa de Alberto, Vicenta y el niño se escapan, buscan refugio, pero no lo consiguen. Unos maleantes los amenazan.
Los secuestradores de Vicenta y Danielito ven el video en el que ofrecen oro, si los entregan vivos. Van a canjearlos por la recompensa que da El Teca.
Sofía prepara su ataque para acabar con los Acero, con un renovado ejército, cuyos hombres fueron tatuados con la mandrágora, la planta que mantiene vivo al Teca Martínez.
Al despertar del coma, El Teca Martínez propone aliarse con El Marrano Mayor, pero se disputan el liderazgo para ir contra un enemigo en común: Los Acero-Quintanilla.
La Señora Acero decide apartarse con su hijo para garantizar su seguridad, pero Los Mandrakes cuentan con un cómplice que les da su ubicación y se ve obligada a cambiar de rumbo.
Vicenta está lista para enfrentar a un enemigo del pasado, que todos lo creían muerto; pero viene a ajustar cuentas y a vengarse de ella, metiéndose con lo más sagrado, su hijo.
La Posada del Fin del Mundo es un lugar paradisíaco, donde Vicenta y Danielito disfrutan a plenitud. Pero de un momento a otro, puede convertirse en un infierno.
El Teca Martínez pierde la paciencia con La Tuti y le deja claro que Alvarito es de su sangre, pero ella no, por lo tanto no tiene por qué saber de sus negocios.
En la cárcel, cuelgan a Alberto, le toman una huella digital y amenazan con quemarlo con una plancha al sospechar que es otro “topo” de la Federal que investiga.
En la Posada, ya todos saben que Vicenta no es una turista cualquiera, así que los delincuentes quieren vender a Vicenta y a su hijo al Teca Martínez por un alto precio.
Azuceno, angustiado por no conseguir respuesta de los hombres que envió para rescatar a Vicenta, le da la información a Alberto y él emprende la búsqueda.
El Teca recluta a Juan Ramón, por haberle salvado la vida. Lo marca con el nuevo símbolo, BS, Balas y Sangre como parte del relanzamiento del cártel de Tijuana.
Con ayuda de Mecha, Vicenta Acero buscará ayuda en Arizona, donde vive un ex capo traicionado por El Teca y por lo tanto, interesado, como ella en acabar con él.
Acompañada por Mecha y Lucía, Vicenta viaja a Estados Unidos para conocer a Arturo Landino, el capo con quien pretende asociarse para liquidar a El Teca.
Si Alvarito se vuelve a ir, El Teca amenaza con matar a La Tuti y a todas sus chicas; y aunque se escondan o se cambien la identidad, jura que las encontrará, para liquidarlas.
Ahora que Josefina declara en TV sus aspiraciones como gobernadora, El Teca considera que es una traición a Ruíz y planifica ejecutarla en plena campaña electoral.
Danielito es la presea que quiere colgarse El Teca para vengarse de Vicenta y Ruíz, lo tiene en sus manos. El narco y el exgobernador negocian y alguien más paga las consecuencias.
Cuando el FBI, Alberto y Vicenta van a la casa de seguridad, El Teca ya no está; pero igual negocia con ellos un intercambio: la entrega de Chepina por la Señora Acero. Debe ir sola y desarmada.