La pandemia del coronavirus ha dejado muchos efectos secundarios en las personas que lo contraen. Pero, los expertos han alertado de la creación de una pandemia adyacente que ataca incluso a quienes no se infectan con el virus: la de las enfermedades mentales.
De hecho, durante los primeros meses de la cuarentena, las búsquedas relacionadas con la ansiedad aumentaron exponencialmente en Estados Unidos. Asimismo, los expertos hablaron sobre cómo esto podría ocasionar una generación de adolescentes con agorafobia, que es el temor a acudir a lugares públicos donde se esté cerca de mucha gente.
Además, ahora se advierte también sobre la posibilidad de desarrollar hafefobia, que se refiere al miedo irracional por ser tocado.
De acuerdo con Healthline, este se caracteriza por ser un “miedo que a menudo paraliza y que puede tener un efecto devastador en su vida si no se trata. Este sentimiento de parálisis es lo que separa a alguien que simplemente se siente incómodo con el tacto de alguien que tiene una verdadera fobia”.
Por su parte, Medical News Today explica que algunas actitudes que revelan que puedes tener este trastorno psicológico son:
1. Miedo o ansiedad que surgen al ser tocado, o incluso al pensar en que alguien podría hacerlo.
2. Ataques de pánico, que incluyen síntomas como aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración, sofocos, hormigueo y escalofríos.
3. Evitar o huir de situaciones en las que se podría estar en contacto con otra persona.
4. Temor a salir o acudir a reuniones donde haya mucha gente.
5. Aislamiento por decisión propia.
Además, a diferencia del miedo a los gérmenes, en este caso el deseo de evitar el contacto se da únicamente con personas, no con objetos, y no está acompañada por un deseo de limpiar o temor a enfermarse.
Por su parte, el Instituto Psicológico Cláritas de Madrid, agregó que junto a estas actitudes también se pueden presentar síntomas físicos como taquicardia, mareos, falta de oxígeno, aparición de sarpullido, cansancio y falta de apetito. Asimismo, los expertos puntualizaron que este puede ocasionar el desarrollo de otras fobias como la coitofobia, que es miedo a las relaciones sexuales, o la filemafobia, que es el temor a los besos.
La principal preocupación de los psicólogos actualmente es que las advertencias sobre la necesidad de mantener una distancia segura entre las personas, y el riesgo de contagio que implica el contacto físico, haga que las personas no quieran que nadie las toque.
Medical News Today también señaló que el ser mujer, haber tenido experiencias traumáticas como abuso físico o sexual en la infancia, haber sido diagnosticado con ansiedad o Trastorno Obsesivo Compulsivo y tener una personalidad con tendencia neurótica o problemas de comportamiento, son algunos de los factores que aumentan la posibilidad de tener hafefobia.
Algunos consejos para evitar que la fobia crezca durante el periodo de aislamiento, recomendadas por los expertos del Instituto Cláritas son: identificar el problema, hallar lo que realmente da miedo, exponerse de manera gradual y segura al contacto físico con personas cercanas, y encontrar técnicas de relajación para evitar los ataques de pánico y los síntomas físicos.
Si esto no funciona, entonces es necesario buscar ayuda profesional, antes de que la hafefobia se complique y afecte tu vida cotidiana.
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