En muchas ocasiones, los grandes descubrimientos médicos que han logrado transformar al mundo se han hecho como resultado de accidentes, errores o simple azar, aunque también tienen un trasfondo de investigación científica.
Recientemente, la dosis de la vacuna para el coronavirus que desarrolla la Universidad de Oxford y AstraZeneca fue descubierta de esta manera.
1. Dosis de la vacuna del coronavirus
Aunque en un principio se administró una dosis que parecía tener una efectividad del 62% para luchar contra el COVID-19, un ensayo erróneo en Reino Unido dio a sus participantes media dosis en la primera ronda y una dosis completa en la segunda.
Esto resultó en una eficacia del 90%, que además tenía efectos secundarios más leves, de acuerdo con la ‘BBC’.
2. Penicilina
Alexander Fleming había cultivado la bacteria Staphylococcus en varias placas y una de ellas se encontraba cerca de un cultivo de un hongo, penicilina. Cuando regresó de unas vacaciones, se dio cuenta que la bacteria no había crecido en esa placa.
Uno de sus alumnos utilizó la penicilina por primera vez para tratar una infección bacteriana en 1930 y más de 10 años después se comenzó a producir en masa para probar su efectividad en pacientes.
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3. Cultivo de bacterias
En 1872, Robert Koch notó que distintas colonias de bacterias crecían en una rodaja de papa y esto permitió que se expandiera el uso del agar como sustancia estándar para cultivar bacterias en una placa de Petri, algo que antes era muy difícil de lograr de forma aislada.
4. Radiografías
El ingeniero mecánico y físico alemán Wilhelm Röntgen se encontraba estudiando las corrientes de electrodos en tubos de vacío cuando descubrió unos rayos de origen desconocido a los que llamó “rayos X”.
Röntgen notó que estos rayos podían penetrar el cartón y luego demostró que también penetraban tejidos humanos al usar la mano de su esposa.
5. Úlceras estomacales
Antes de las investigaciones de Barry Marshall y J. Robin Warren, se creía que el estrés y ciertos alimentos causaban úlceras en el estómago, pero se descubrió que la causa real es la bacteria H. pylori, que vive en el organismo.
Fue durante un fin de semana de Pascua, en donde las muestras de los pacientes se dejaron en el laboratorio más tiempo de lo habitual, que pudieron identificar una nueva bacteria que crecía muy lento y que estaba causando síntomas gástricos.
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