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Hacer ejercicio cuando estamos enfermos, ¿sí o no? Esto dicen los expertos

Mientras que algunos malestares podrían permitirte hacer ejercicio, ciertas condiciones médicas requieren descanso. ¡Entérate!

Hacer ejercicio ya es parte de tu rutina. Pero, una mañana, ¡te sorprendes enfermo! ¿Qué hacer? Mientras te debates entre quedarte en cama o continuar con tu training, conoce qué opinan los expertos.

Claves para tomar la decisión

No existen respuestas exactas a la hora de definir si hacer o no ejercicio al estar enfermos. Dependerá de qué nos aqueje.

Si tienes fiebre

Mientras que podrías hacer actividad física con un resfriado, una vez que la fiebre aparece ¡lo recomendable sería suspenderla!

“La fiebre es un factor limitante, porque se corre el peligro de aumentar aún más la temperatura corporal interna durante el ejercicio”, advirtió el Dr. Lewis G. Maharam al sitio WebMD. Cuando la fiebre supera los 38.3°C (101°F), ¡hay que hacer reposo!

Si estás un poco resfriado y los síntomas disminuyen con medicación

Estaría bien hacer actividad física, recopila el portal.

Si sientes opresión en los bronquios

¡Olvídate de ello!

Cuando los síntomas son del cuello para arriba

¿Tienes dolor de garganta, congestión nasal, estornudos, ojos llorosos? No habría impedimento para entrenar.

Pero si sufres tos, dolor en el cuerpo, fiebre y fatiga

Necesitarás un descanso.

¿Sabes cómo ejercitarte cuando hace frío?

Apunta estos tips de la Asociación Americana del Corazón, para protegerte de las bajas temperaturas y prevenir enfermedades al entrenar.

Y si no te sientes al 100% de tu potencia…

¿Decidiste hacer actividad física? ¡No te sobreexijas! Y, antes de empezar con la rutina, considera estas claves que el Dr. Raúl Seballos brindó a la revista Men's Fitness:

Mientras estés enfermo, reduce tu esfuerzo al 50% de tu capacidad normal. Por ejemplo, camina 15 minutos en vez de correr media hora, o haz solo un set de ejercicios con peso, en lugar de cinco.

Cuando hayas terminado el reposo, retoma el ejercicio al 75% de tu ritmo habitual, tanto al hacer actividad aeróbica como de fuerza. Ve aumentando la intensidad gradualmente durante la primera semana.

Tu cuerpo necesita descanso para recuperarse, por lo que hacer ejercicio estando enfermo o demasiado pronto después de una condición respiratoria, podría prolongar tu malestar. Si tienes dudas acerca de tu salud, ¡consulta al médico!

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