Nuestras abuelas eran una fuente inagotable de sabiduría: de eso no tenemos dudas. Pero, a la hora de tratar la salud, sería aconsejable escuchar primero al pediatra.
Algunos remedios caseros tradicionales podrían ser directamente peligrosos. Descubre 5 de ellos.
1. Baños de alcohol
Solía ser un remedio para bajar la fiebre. “Por favor, no lo hagas”, indica el Dr. Timothy Casper, en el portal ChildrensMD. El niño podría absorberlo a través de la piel o inhalarlo, y sufrir de una intoxicación. ¿Qué propone el especialista? Si el paciente es lo suficientemente grande, paracetamol o ibuprofeno suelen ser efectivos para controlar la temperatura. Consulta antes al pediatra y no le des aspirina.
2. Calmantes para la dentición
Si bien puede dolerte ver a tu bebé molesto, hay ciertos remedios que deberías evitar. Por ejemplo, frotarle whiskey en las encías, indica Casper. Era una tradición común en el pasado, cuando aún se desconocían los riesgos del alcohol. El médico también recomienda tener cuidado con las tabletas homeopáticas y otros calmantes tópicos.
¿Qué sí podrías darle? ¡Algo frío! Moja un trapito y congélalo, para dárselo para que mordisquee luego.
3. Queroseno contra los piojos
¿A quién no le han lavado el cabello con vinagre alguna vez, para eliminar los piojos? Peor aún es usar queroseno, advierte el portal Health24. Existe una variedad de productos seguros y fáciles de aplicar para este fin.
4. Aceite para tratar las quemaduras
Uno de los remedios caseros más comunes y peligrosos, según señala la Dra. Bets Breedt al sitio mencionado, es aplicar aceite o mantequilla sobre una quemadura. Podría empeorar la herida, ya que estas sustancias “retienen” el calor. Lo ideal suele ser enfriar la quemadura con agua fría, y cubrirla con una crema antiséptica y una venda. Consulta antes a tu médico si la lesión es grave.
5. Forzar el vómito, después de ingerir queroseno
Otro de los remedios caseros más peligrosos, según la Dra. Breedt. Obligar a un niño a vomitar tras haber ingerido queroseno llevaría esta sustancia tóxica a los pulmones, donde causaría aún más daño que en el estómago. ¿Qué hacer? Darle agua al pequeño y llevarlo al hospital, para que le hagan una radiografía y permanezca en observación hasta 24 horas.
Ante cualquier duda, recuerda consultar a tu pediatra o médico de cabecera.
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