Hay niños prodigio que nacen con dones tan especiales que consiguen deslumbrar al mundo. Entre ellos se cuenta Alma Deutscher, una joven compositora que, a los 11 años, ya estrenó su primera ópera. ¡Conócela!
De Inglaterra, al mundo
Compararla con Mozart es casi inevitable. La talentosa Alma empezó a tocar el piano a los 2 años, sumó el violín a los 3 y, con solo 4, ¡componía! Ahora, a los 11, acaba de sumar otro gran logro musical: el pasado 29 de diciembre estrenó en el Casino Baumgarten de Viena, su primera ópera completa, Cinderella.
Pero lo que para cualquiera de nosotros podría ser algo excepcional, para ella resulta completamente natural: "Ni siquiera sabía que eso era componer. Simplemente me sentaba al piano y tocaba las ideas que tenía en la cabeza", recordó Alma acerca de sus primeras experiencias escribiendo música, durante una entrevista con BBC News.
Su talento ya se asemeja al de los más grandes. Mírala en este video, tocando en el piano una de las reconocidas obras de Mozart:
Sin embargo, a pesar del talento y los parecidos, no quiere que la comparen con Mozart: "Sería aburrido ser él, porque repetiría lo que ya escribió", aseguró la niña en la entrevista mencionada.
Talento sí, pero también esfuerzo
Aunque la inspiración le llega en el momento menos pensado, como cuando está por irse a dormir o levantarse, ¡o hasta en sueños!, ella debe también sus logros al empeño y la dedicación que pone en cada una de sus composiciones musicales.
“La inspiración es la parte sencilla. Pero después tener que sentarme y desarrollarlo en piezas correctas y combinarlas con otras melodías de forma coherente, esa es la parte realmente difícil para mí", aclaró la pequeña.
Sus esfuerzos lo valen. Contempla en este video con qué destreza tocó con su violín una de sus composiciones, junto a la Orquesta Filarmónica de Israel:
Una niña, ¿como cualquier otra?
Durante los ensayos de Cinderella, Alma se puso al frente de los artistas, dando instrucciones y cantando en su infantil tono soprano, pasando del piano al violín, mientras acompañaba a los solistas. Claramente divertida, todo parecía fluirle sin esfuerzo, asegura un artículo en sitio Telegraph Herald.
Pero Alma es mucho más que una niña prodigio. Cuando no está practicando música, está ocupada raspando sus rodillas al subir a los árboles, jugando con amigos en el parque y nadando, como cualquier pequeña de su edad, describe el portal. ¡De seguro escucharemos mucho más sobre ella en el futuro!
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