Gran consternación y tristeza se respira en las calles de Uvalde, Texas, donde el pasado 24 de mayo Salvador Ramos, un joven de 18 años, irrumpió en la Escuela Primaria Robb, se atrincheró en un salón y comenzó a dispararle a todos los que pudo, dejando un saldo de 21 personas muertas; entre ellas, 19 niños y 2 maestras, una escena que hasta el médico forense catalogó como traumática y que jamás podrá borrar de su cabeza.
Sin embargo, en medio del gran dolor de las familias de las víctimas, el primer funeral se llevó a cabo en Uvalde, mientras la devastada y unida comunidad tejana se prepara para otras 20 despedidas, momentos que han dado la vuelta al mundo.
La primer pequeña que fue sepultada es Amerie Jo Garza, de 10 años, quien el pasado martes 31 de mayo por la tarde, después de una misa en la iglesia católica del Sagrado Corazón, una iglesia de 114 años ubicada a una milla de la escuela primaria donde fue asesinada, recibió el último adiós.
De acuerdo con medios locales, su padrastro, Ángel Garza, quien es médico, corrió a la escuela al escuchar la noticia del tirador activo y vio a una niña de 10 años cubierta de sangre. Preguntó qué había sucedido y le dijeron que no era su sangre sino la de su mejor amiga Amerie, su hija.
Esta pequeñita, señalan, había llamado al 911 en plena matanza, pero el asesino, Salvador Ramos, al escuchar su llamada, le disparó de inmediato, así lo detalla el Daily Mail, donde señalan que el padrastro de Amerie dijo, “Solo quiero que la gente sepa que ella murió tratando de salvar a sus compañeros de clase. Ella solo quería salvar a todos”, dijo el padrastro de Amerie.
El día después de su muerte, su madre, Kimberly García, publicó una foto de Amerie sosteniendo un certificado en reconocimiento por unirse al cuadro de honor de A-B. “No te merecías esto, mi dulce niña”, escribió la señora, quien además agregó, “Mami te necesita, Amerie, no puedo hacer esta vida sin ti”.
La familia de la menor relató que ella siempre besaba a su hermano de tres años, Zayne, todas las mañanas antes de irse a la escuela. El año pasado, recibió el premio ‘Corazón de oro’ de la escuela, y este año, estuvo en el cuadro de honor, pues además de ser una estudiante ejemplar, también pensaba en los demás, por ello intentó llamar a las autoridades para salvar a los que más pudiera, aunque su final fue desgarrador.
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