La población se ha visto severamente afectada por el último repunte de contagios de COVID-19. Sin embargo, en niños y adolescentes no solo ha propiciado consecuencias negativas en su salud, sino también en su comportamiento y salud mental.
Expertos han advertido sobre los síntomas de estrés y depresión que padecen cientos de estudiantes por el alto nivel de ansiedad ante el confinamiento, que ha derivado en bajo rendimiento escolar, conductas agresivas y depresión, situación que el Vaticano ha denominado como 'pandemia paralela'.
"Aunque las manifestaciones clínicas son limitadas, en todo el mundo el estrés psicosocial producido en niños y jóvenes por las circunstancias de la pandemia ha provocado malestar y patologías, con consecuencias muy diversificadas según la edad y las condiciones sociales y ambientales", planteó la Pontificia Academia para la Vida en un documento.
En ese sentido, la Academia encabezada por monseñor Vincenzo Paglia precisó que existe "una serie de consecuencias negativas que todavía hoy son motivo de gran preocupación".
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El organismo planteó que "se calcula que al menos diez millones de niños en el mundo no volverán nunca a la escuela" y, entre otras consecuencias, "ha aumentado el riesgo de una regresión importante en las habilidades/logros escolares de los alumnos".
Además, el Vaticano aseveró que "el cierre de los colegios aumentó la adicción a Internet, los videojuegos o la televisión" y el cierre de centros deportivos y otras limitaciones impuestas por el distanciamiento social "han provocado una reducción de la actividad física recomendada por la OMS", derivando "deficiencias de vitamina D y el empeoramiento de la miopía".
Mi niño nunca era agresivo, le dio por ser agresivo, le dio por gritar de noche, no quería dormir".
mariver arcure, madre de estudiante con autismo
Por esta razón, médicos y psicólogos han hecho algunas recomendaciones para ayudar a los jóvenes a sobrellevar estos desafíos de salud mental.
En entrevista con hoy Día, la psicóloga Erika Monroy hace referencia a lo que tienen que prestar atención los padres para ayudar a sus hijos a enfrentar este duro momento, pues señala que "toda la parte del desarrollo socioemocional, cognitivo, motriz y en el lenguaje hay un retraso bastante considerable".
Monroy invita a los padres a que estén pendientes de la alimentación de sus hijos, no solo en lo que comen, sino en cómo lo comen. Asimismo, sugiere establecer ciertos hábitos para mejorar el estado de ánimo:
Hacer ejercicio por lo menos 30 minutos al día, meditar y lo que es el sueño, de 6 a 8 horas en adolescentes y adultos, y de 8 a 10 horas en niños y bebés".
erika monroy, Psicóloga
¿Hay forma de prevenirlo?
Vivek H. Murthy, cirujano general de Estados Unidos, señaló que "los problemas de salud mental de niños, adolescentes y jóvenes son reales y están muy extendidos. Pero lo más importante es que son tratables, y a menudo prevenibles", dijo a Los Angeles Times.
Murthy recalcó la importancia de que los amigos, los padres y los profesores estén atentos a los cambios de humor, comportamiento e intereses de los niños y jóvenes.
Vivek Murthy está convencido de que con el asesoramiento hay esperanza de que "podamos empezar a arrojar algo de luz sobre los problemas y avanzar de forma productiva".
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