Salvador García Puebla es un estudiante mexicano de Ingeniería en Biotecnología que encabeza el proyecto Gusani, junto con otros colegas. Su objetivo consiste en degradar el unicel o styrofoam utilizando gusanos para convertirlos en harina comestible para otros animales.
Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México, el consumo nacional de unicel es de 125 toneladas al año en ese país y su degradación tarda aproximadamente 800 años, por lo que el emprendimiento social busca reducir la huella ecológica.
En entrevista con hoyDía, el joven dice que su proyecto puede contribuir a disminuir la contaminación y sustituir la cantidad de proteínas que contribuyen a la deforestación.
El gusano de harina descompone el unicel
La propuesta se basa en la forma en la que el Tenebrio molitor, también conocido como gusano de la harina, descompone el unicel y después de consumirlo lo asimila y convierte en alimento para el ganado.
El Tenebrio molitor se encuentra entre las rocas, troncos y en almacenes de grano. Es colocado en cajas de unicel donde se transportan alimentos como la carne o el pescado. De esta manera pueden elaborar una harina rica en nutrientes y sustentable.
“[Estamos] especialmente enfocados en primera instancia hacia los animales. Después, nos moveremos al sector humano”, cuenta García.
Pero su emprendimiento no solo tiene fines ecológicos, también piensa en la posibilidad de convertirlo en un proyecto global. “Puede ser extrapolado a México o a cualquier parte del mundo”, añade.
Además de ser un producto sustentable, García asegura que Gusani puede volverse potencialmente en un crecimiento comercial gracias a que su harina es económica y de alta calidad.
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