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“Hice lo impensable”: una mamá comparte su historia tras olvidar a su hija en el auto

Britta Eberle pensó que nunca olvidaría a un niño en un automóvil. Hasta que le sucedió.

Por Gael Fashingbauer Cooper — TODAY 

Britta Eberle, que vive en la zona rural de Vermont, fue a la granja de un amigo el 2 de julio con su esposo, hijo e hija. Una vez que llegaron, amigos y familiares corrían de un lado a otro trayendo comida y otros artículos de los autos a la casa de su amigo y, en medio de la conmoción, Ada, de 2 años, se quedó en el auto.

“En nuestra emoción, todos corrimos hacia afuera, asumiendo que alguien más había agarrado al miembro más joven de nuestro clan”, escribió Eberle en una publicación en su blog.

Ada estuvo sola en el auto durante unos 20 minutos antes de que Eberle se diera cuenta de repente que algo no estaba bien: su hija no estaba con el grupo y no recordaba haberla sacado del auto.

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Justo cuando corría a buscarla, la hermana de Eberle entró cargando a su sobrina, quien estaba llorando, pero ilesa. Le había dicho a su tía: “Mi mami vendrá buscarme”, dijo Eberle a TODAY Parents. Escuchar eso le rompió el corazón.

La temperatura en Vermont ese día estaba en los 60 grados Fahrenheit y estaba lloviendo a cántaros. Ada no tenía calor cuando la sacaron del auto.

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Pero según las estadísticas de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras, incluso si la temperatura exterior está en los 60 grados Fahrenheit, es posible que el interior de un automóvil se caliente por encima de los 110°F.

Solo se necesitan 10 minutos para que la temperatura en un automóvil suba 20°F. En 2021, 23 niños murieron en autos calientes, según el Consejo Nacional de Seguridad.

Eberle está muy consciente de los peligros que esquivó.

“Pasas por todos los escenarios posibles”, le dijo a TODAY Parents. “No pensé que fuera capaz de olvidarla así”.

Como muchos padres, Eberle había leído historias sobre papás que olvidaban a sus hijos en el auto, a veces con resultados fatales. “Siempre me he sentido tan mal por esos padres”, dijo.

Y notó una similitud entre esas historias de terror y su propio incidente: un ligero cambio en su rutina se deshizo de su proceso habitual para sacar a Ada de su asiento.

“En esas historias (fatales), siempre hay un ligero cambio en el plan”, dijo. “(Y ese día) no fue la forma en que normalmente pienso o actúo”.

Días después de que Ada se quedara en el auto por solo 20 minutos, su madre, Britta Eberle, todavía piensa en lo que pudo haber pasado.
Días después de que Ada se quedara en el auto por solo 20 minutos, su madre, Britta Eberle, todavía piensa en lo que pudo haber pasado.Britta Eberle

Eberle no se atrevía a compartir el incidente en un blog debido al juicio que sabe que algunos lectores están ansiosos por hacer.

“No hay excusas para lo que hice”, escribió. “Y una parte de mí no quiere compartir esto. No quiero que el mundo sepa lo mucho que he fallado. Pero luego pienso que tengo que compartir esto. Tengo que reconocer mis errores. Tengo que decirle al mundo lo lejos que estoy de la perfección. Y si yo hice esto, cualquiera puede hacerlo. Y eso me asusta, pero también me hace juzgar un poco menos y me hace prestar mucha más atención”.

Afortunadamente, la mayoría de las reacciones han sido de apoyo. “Creo que muchos padres realmente comprometidos han cometido el mismo error”, dijo.

Ella ha tratado de evitar leer los comentarios de aquellos que quieren llamarla mala madre por este lapso de 20 minutos. Uno de esos comentarios, fue en una publicación de Scary Mommy en Facebook sobre su historia: “Ella no debería tener hijos”, escribió Erin Ann Bachman. “Si puedes olvidarte de tus propios hijos, deben ser retirados de tu cuidado”.

“No me conocen”, dijo Eberle. “Cualquiera que me conoce sabe que siempre pongo a mis hijos primero”.

Ella es el tipo de mamá que siempre revisa dos veces el broche de seguridad de su hija para cerciorarse de que esté en el lugar correcto; cuando sus hijos eran bebés, llevaba la botella de Tylenol al médico para que pudieran marcar la dosis correcta, solo para estar más segura.

Es una madre que se preocupa por la seguridad, por lo que sintió que, si le pasó a ella, le puede pasar a cualquiera.

Al poner a Ada a dormir esa noche, Eberle recordó nuevamente lo afortunada que había sido su familia.

“Esta noche me acurruqué con mi bebé en la cama”, escribió. “Le leí una historia, apagué la luz y me quedé a su lado escuchando cómo su respiración se hacía más profunda y más lenta mientras se dormía. Y me sentí increíblemente afortunada. Siempre estamos mucho más cerca del final de lo que cualquiera de nosotros pensamos”.

Nota del editor: esta historia se publicó por primera vez el 6 de julio de 2017.

Si quieres leer esta nota en su versión original en inglés ve aquí.

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