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Migrante tuvo que esperar 30 años para obtener su residencia por un error en su solicitud

Gema Máximo Peguero es una mexicana migrante que realizó su solicitud de residencia al poco tiempo de llegar a EE.UU., sin embargo, tuvo que esperar 30 años para obtener su Green Card porque cometió un error en su formulario.

Gema Máximo Peguero es una madre de familia que esperó 30 años para recibir su tarjeta de residencia, pero la demora para cambiar su estatus migratorio en Estados Unidos no fue a causa del gobierno, sino de una circunstancia que ella misma atravesó y en entrevista con hoy Día compartió su testimonio.

Doña Gema es una mujer de 54 años que, por un error que cometió al solicitar su residencia en el país, tuvo que esperar 30 años para obtener su Green Card y, cuando le dijeron que podía ir a recogerla, se contagió de coronavirus.

Y es que la mexicana tuvo que esperar más de tres décadas para obtener su residencia por un error que, al igual que miles de inmigrantes, cometió al iniciar su trámite: no reportó su cambio de domicilio.

"Fallé en que nos cambiamos de casa y se le olvidó a mi esposo definitivamente cambiar la dirección. Cuando [su esposo] iba y preguntaba [a los vecinos de donde vivía anteriormente, le decían] que no, que no había llegado nada", relató.

Por no comunicar su nuevo domicilio, Doña Gema perdió su tarjeta de residencia que le había sido otorgada 24 años atrás.

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El abogado Sergio Siderman explicó a hoy Día que miles de personas se ven afectadas por no notificar su cambio de residencia, como le ocurrió a Doña Gema, e incluso a muchos les dan automáticamente una orden de portación.

"No solo [se ven afectadas] en casos de residencia cuando están tratando de solicitar un alivio bueno, pues hay mucha gente [a la que] le mandan órdenes de aparecer en la Corte y cuando no aparecen en la Corte les dan automáticamente una orden de deportación", recalcó. Es por ello que aconseja siempre mantener al Departamento de Inmigración actualizado con su dirección.

A Doña Gema su error le costó 30 años de demora, pero eso no fue todo, pues una vez que su abogado pudo recuperar su caso y conseguir que le otorgaran su Green Card, la espera se hizo todavía más larga cuando ella y su familia contrajeron el coronavirus.

"Es una enfermedad que a nadie se le desea. Ni a mi peor enemigo le deseo que le toqué. Es bien triste esta enfermedad", admitió.

Por fortuna, venció a la enfermedad y pudo recibir su tarjeta de residencia, una noticia que esperó por 30 años.

"Me alegró mucho, pero también, la enfermedad no nos dejaba quietos. A la vez alegre, a la vez triste. Yo le decía a mi esposo 'la oficina del abogado no se va a ir' […] Tanto le pedí a Dios que me cumplió mi deseo", concluyó.

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