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"La sentaba en las hormigas y a mí me amarraba", una madre relata cómo ella y sus hijas fueron víctimas de violencia

Esmeralda Luna es una madre mexicana cuyo esposo la hizo sufrir un infierno junto a sus hijas. En entrevista con 'hoy Día', relata su calvario y cuenta cómo logró salir adelante.

Esmeralda Luna Domínguez es una madre mexicana que sufrió violencia doméstica a manos de un hombre que la dejó casi ciega, pero el amor de sus hijas, le dio la fuerza para huir y reescribir su historia. En entrevista con 'hoy Día', narra el calvario que vivió y cómo logró salir adelante.

Esmeralda fue abandonada por sus padres a los ochos años. Doce años después, empezó el infierno que marcó su vida.

"El amor que yo no tenía, lo encontré con él. Pero, por muy poco tiempo. Él me hizo pagar mi gran error. Mi gorda [hija] trae una cicatriz aquí (señala si cintura). Su diversión era clavarle la uña ahí", contó.

Pero, el maltrato hacia su hija no terminó allí, pues Esmeralda contó que su exesposo la sentaba encima de las hormigas para que le picaran ya hasta la metió a un pozo de 26 pies de profundidad.

"En el patio de la casa había un pozo de agua, ese pozo tenía como unos 26 pies de profundidad, no sé si para lastimarme a mí, a mi gorda la metía ahí. La sentaba en las hormigas, las hormigas le picaban horrible a mi hija. A mí me amarraba para que yo no defendería a mi hija", detalló.

Las golpizas cada vez eran más intensas e incluso Domínguez contó que su exesposo la golpeó con una herramienta y estuvo a punto de quedarse ciega.

"Me apretaba mi cuello y me soltaba hasta que yo me desvanecía en sus manos. [Desperté] toda mareada y seguí haciéndole su comida. Estaba un 'perico' [herramienta], agarra y me pega en la cabeza, pero, así como sentí yo el golpe sentí el… [aturdimiento] en mis oído", relató.

Debido al constante abuso del cual era víctima a diario, la mujer pensó en quitarse la vida junto a sus hijas. Por fortuna, encontró fuerzas y decidió escapar junto a sus hijas para sobrevivir.

"Yo me resigné y decidí envenenarme con mis hijas. Hice unos huevos y me senté con mis hijas a comer. Les puse su vasito de jugo con mata ratas porque yo sentía que ya no iba a salir de ahí. Cuando mi gorda le iba a dar el trago a su jugo, se lo tiré, dije: 'no, yo no soy cobarde'. Agarré a mis hijas y me salí", explicó.

Fue el 3 de octubre de 2001 cuando abandonó a su exmarido y vivió escondida por seis años.

"Me buscó aquí [Ciudad de México], en Coahuila, se fue hasta Estados Unidos a buscarme porque su meta era encontrarme y matarme. Dormimos en la calle, dormí una noche en la Central de Autobuses. Una señora me acuerdo que se arrimó y le dio un pan y un café a mi hija. Yo recogía pedazos de comida de los botes de basura", recordó.

Si te encuentras en una situación de riesgo llama a la Línea Nacional sobre Violencia Doméstica al 1-800-799-7233. En caso de peligro inmediato o emergencia, llama al 911 o al número de la policía local.

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