Por A. Pawloski — TODAY
Nicci Buford gozaba de buena salud, viajaba y comenzaba un nuevo trabajo, cuando comenzó a experimentar síntomas extraños cada vez que comía.
A finales de 2017, ella percibió por primera vez un “horrible dolor” cuando ponía comida en su boca.
“Si comes algo agrio y te da esa sensación de hormigueo en la parte posterior de la mandíbula, era así, pero luego el dolor me cruzaba la cara como una telaraña”, dijo Nicci, de 52 años, a TODAY.com.
Como administradora del VA Medical Center de Kansas City, Nicci trabaja en la atención médica y trató de averiguar la causa. Ella pensó que tal vez era neuralgia del trigémino, un trastorno de dolor crónico que implica un dolor facial intenso y repentino.
Nicci vio a un neurólogo, pero eso no ayudó. Entonces visitó a un dentista que le dijo que sus dientes traseros se estaban moviendo y le recomendó extraer una muela. Eso pareció funcionar y el misterioso dolor desapareció por un tiempo, pero volvió con fuerza cerca de un mes después.
A inicios de 2018, Nicci estaba en la cocina con su esposo cuando él le pidió que probara algo que estaba cocinando.
“Fui a probarlo y me dijo que solo vio que mis ojos se pusieron en blanco porque el dolor era tan insoportable que me desmayé”, dijo Nicci, describiendo el dolor viajando desde el lado derecho de su cabeza hasta el izquierdo.
“He tenido tres hijos y el más grande pesó 10 libras y 14 onzas. Puedo decirte que esto fue lo peor que he sentido en toda mi vida”, contó.
Ella recordó a su esposo diciendo: “Algo está realmente mal”.
Un tic en el ojo constante
Nicci se sometió a una tomografía computarizada, seguida de biopsias y una resonancia magnética, pero el diagnóstico aún no estaba claro. Después, mientras visitaba a un cirujano de oído, nariz y garganta, notó que su ojo derecho estaba temblando.
Nicci dijo que el ojo había comenzado a temblar sin parar hasta el punto en que tenía una visión borrosa. Iba acompañado de un dolor de cabeza que iba desde la parte posterior del cráneo hacia el frente. Era tan doloroso que la mantenía despierta por la noche.
“[El médico] lo notó porque vio mi cara un poco desgarrada por el dolor. Dijo que necesitaría una cirugía porque el dolor no es normal y podría ser un signo de cáncer”, recordó.
En abril de 2018, Nicci fue diagnosticada con carcinoma adenoide quístico en etapa 4, una forma rara de cáncer que generalmente se desarrolla en las glándulas salivales de la cabeza y el cuello según el Genetic and Rare Diseases Information Center.
A Nicci le temblaba el ojo porque el cáncer en su glándula salival se había desplazado hasta el nervio que controlaba el párpado.
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Abril es el mes de concientización sobre el cáncer de cabeza y cuello. Es una denominación colectiva para una enfermedad que puede comenzar en las fosas nasales, la nariz, la boca, la garganta, la laringe y las glándulas que producen saliva, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
Los cánceres de cabeza y cuello representan casi el 4% de todos los cánceres de Estados Unidos, señala el National Cancer Institute. El tratamiento puede cambiar la forma en que un paciente se ve, habla, come, mastica, traga o respira, agrega.
Solo alrededor de 1,200 personas son diagnosticadas cada año con carcinoma adenoide quístico, el tipo de cáncer que tenía Nicci, según la Cleveland Clinic. Los médicos no saben qué lo causa o cuáles son los factores de riesgo, añade.
“Me sentí desfigurada”
Nicci se sometió a una cirugía para extirpar el cáncer en mayo de 2018, uno de los muchos procedimientos que tuvo que soportar desde entonces.
Los médicos le pusieron una pesa de oro en el párpado derecho para que se cerrara porque ya no tenía esa funcionalidad. Ella también se sometió a radiación.
La cirugía cambió el rostro y el habla de Nicci.
“Llegué al punto en que no quería salir de casa porque me sentía muy desfigurada”, dijo. “Ese primer año y medio, realmente tenía ganas de rendirme… (pero) soy una luchadora y voy a seguir adelante”.
Más tarde Nicci se sometió a una transferencia de gracil, donde un cirujano extrajo músculo de su pierna y se lo colocó en la cara, para recrear los músculos de la sonrisa y mejorar su habla.
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Nicci tiene más procedimientos por tomar este verano y dijo que la mayoría de las personas no entienden las consecuencias de lo que sucede después del cáncer.
Tiene terapia ocupacional cada dos días, toma 14 medicamentos y tiene que comer diferente. La comida tiene que ser blanda y cortada en trozos muy pequeños. Una comida que podría haber tomado 30 minutos para comer ahora puede tomarle una hora y media para masticar.
Este tipo de cáncer puede hacer metástasis en los pulmones, por lo que se somete a exploraciones con regularidad. Todavía tiene mucho dolor.
Pero Nicci está agradecida de ayudar a difundir la conciencia sobre la enfermedad con la Head and Neck Cancer Alliance, y está agradecida por el apoyo de su familia, especialmente de su esposo.
“Estoy tan contenta de que la hermosa relación que tenemos no sea solo superficial, porque él me ha visto realmente en mi peor momento, donde literalmente se me estaba cayendo la cara. Y él está justo ahí”, dijo ella.
Síntomas del cáncer de cabeza y cuello
Las señales de advertencia dependen de dónde comience el cáncer. Estas son algunos de los posibles síntomas, según los CDC:
- Boca: una llaga blanca o roja que no cicatriza en las encías, la lengua o el revestimiento de la boca; hinchazón de la mandíbula y sangrado inusual.
- Parte posterior de la boca: dificultad para respirar o hablar, o para masticar o tragar alimentos; dolor de garganta persistente.
- Fosas nasales y cavidad nasal: fosas nasales bloqueadas que no se limpian, sangrado nasal, dolores de cabeza, dolor e hinchazón alrededor de los ojos, dolor en los dientes superiores.
Si quieres leer la nota en su versión original en inglés ve aquí.
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