Los profesionales de la docencia son, sin lugar a dudas, de las figuras más trascendentales que pasan por nuestra vida. Ellos no sólo nos enseñan, sino también son capaces inculcarnos valores y, en definitiva, los convierte en formadores de la ciudadanía.
Un profesor de la India llamado Ranjitsinh Disale, quien considera su trabajo como una misión y está marcando la diferencia en la vida de sus estudiantes, ha sido una gran inspiración y apoyo para las niñas de su localidad, pues lucha por librarlas del matrimonio infantil para que continúen con su formación.
Su dedicación lo hizo ganar el Nobel de la Educación, un galardón y un millón de dólares que se otorga anualmente a un maestro innovador y comprometido que haya impactado positivamente a la hora de cambiar la sociedad.
Disale dijo que compartiría la mitad del dinero con el resto de los finalistas porque todos se han esforzado en hacer del mundo un lugar mejor, y que la otra mitad del premio la quiere usar para su proyecto “Crucemos la frontera”, que promueve la paz entre los países en conflicto como India, Pakistán, Israel, Palestina, Irak e Irán.
“Creo que si comparto el dinero de mi premio con los nueve maestros, puedo ampliar su trabajo para que sigan haciendo cosas increíbles. No siento que yo sea el primero o el ganador, soy igual que los demás. Si yo comparto el premio con los otros maestros, ellos podrán continuar con su trabajo y así podemos iluminar la vida de muchos estudiantes. Compartir es crecer”, palabras del profesor Disale.
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