Logan Ray nació a los casi 6 meses de gestación, que es solo una semana antes del límite de aborto, pesando menos de un kilogramo y de la misma longitud que la diminuta figura de Superman de 30 centímetros que su padre le había comprado cuando nació.
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El parto prematuro ocurrió después de que se descubrió que Valerie Ray tenía un cuello uterino incompetente, una condición médica en la que el cuello uterino se acorta y se abre prematuramente, lo que a menudo provoca que las mujeres aborten. Por lo que los médicos informaron a los futuros padres que se prepararan para lo peor.
“Los médicos básicamente nos dijeron a Rob y a mí que nos iban a enviar a casa para que abortáramos. Tanto Rob como yo miramos al médico y dijimos ‘no iremos a ningún lado, ya sea que lo tengamos mañana o lo tengamos dentro de cuatro meses, nos quedaremos en el hospital”, dijo Valerie.
La futura mamá tuvo que permanecer en una cama durante 20 días y después de 32 horas de trabajo de parto, finalmente dio a luz al pequeño Logan el 25 de julio de 2016. Después las enfermeras de parto sugirieron fotografiarlo con algo a su lado que mostrara su tamaño.
“Le dije que escogiera algo que él pensara que sería apropiado como un muñeco que pudiéramos desinfectar y poner dentro de la incubadora. Me llamó y me dijo ¿qué tal un Superman? ¡Pensé que era perfecto!”, contó Ray.
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Sin embargo, contra todo pronóstico, Logan salió adelante y pudieron irse a casa después de 105 largos días en el hospital para celebrar su primera Navidad. Mostrando la fuerza de su primer juguete creció como un niño fuerte y sano.
Ahora, cuatro años después, es un niño feliz sin problemas de salud, y su madre le toma una foto todos los años junto a la figura de acción que aún conserva para celebrar lo lejos que ha llegado.
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