El dióxido de azufre (SO2) de la erupción volcánica en la isla de La Palma puede provocar, en altas concentraciones, irritaciones en las mucosas, lagrimeo, inflamaciones pulmonares o incluso bronquitis, alveolitis y neumolitis, advierten desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.
En declaraciones, el jefe de Sección de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz Germán Peces-Barba, explica que los gases que emite el volcán son dañinos para la salud de la población general en altas concentraciones.
"Va a depender de los niveles (de toxicidad). Si se forman columnas de gases, hay que decirle a la población que no salga a la calle, que se encierre en su casa con las ventanas y las puertas cerradas hasta que pase la nube tóxica", explica Peces-Barba.
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La Agencia Estatal de Meteorología de España (Aemet) detectó en el centro de investigación atmosférica de Izaña, en Tenerife, la llegada de dióxido de azufre con picos de hasta 20 partes por billón, hasta 400 veces por encima del "valor normal" en esa zona, a 7778 pies de altitud.
En todo caso, según la Aemet, esta concentración "no supone un riesgo para la salud" porque se trata de "una medida puntual". No obstante, la previsión es que la erupción volcánica emita una elevada cantidad de dióxido de azufre a la atmósfera que llegará a cubrir buena parte de la península Ibérica, casi todo Marruecos y Túnez y las costas mediterráneas de Francia, Italia, Argelia y Libia.
(Con información de EFE)
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