Después de una drástica reducción en el tráfico de vida silvestre durante la pandemia, las autoridades en el sudeste asiático deben actuar rápidamente para evitar que los contrabandistas vuelvan al negocio una vez que se relajen los controles fronterizos, según un próximo informe de la ONU.
Las redes de los traficantes se interrumpieron cuando los países cerraron sus fronteras y reforzaron la vigilancia cuando el coronavirus golpeó el año 2020. Debido a la percepción generalizada de que el virus surgió por primera vez en un mercado chino donde se vendía la vida silvestre, la demanda de productos de la vida silvestre, como escamas de pangolín, bilis de oso, cuerno de rinoceronte, también disminuyó repentinamente, a medida que las personas se volvieron más conscientes de las enfermedades zoonóticas.
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Pero estos cambios son temporales y es probable que el sudeste asiático experimente un aumento a largo plazo en el comercio y el tráfico de vida silvestre, advirtió la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en un informe interno destinado a las agencias de aplicación de la ley en la región.
Jeremy Douglas, representante de la UNODC para el sudeste asiático y Asia Pacífico, dijo que la pandemia ha brindado a las autoridades la oportunidad de hacer más para desanimar a los consumidores y reprimir las líneas de suministro de los traficantes. Pero a medida que los contrabandistas retroceden, las incautaciones oficiales de productos animales ilícitos han comenzado a aumentar, por lo que es importante mantener controles fronterizos más estrictos.
(Con información de Reuters)
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