Con una bata de médico, el psiquiatra Flavio Falcone descubrió que no podía conseguir que personas con adicciones a las drogas y sin hogar le contaran su historia y problemas, pero disfrazado de payaso y con una nariz roja brillante lo logró, además de volverse ícono en “cracolandia” o la “tierra del crack” en Brasil.
Vestido como payaso, Falcone también ha podido tratar a un número importante de brasileños, expulsados a la calle por la pandemia de COVID-19, cuando se cerró un refugio para personas sin hogar como parte de un esfuerzo del gobierno por limpiar el centro de la ciudad.
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Infuenciado por la cultura callejera del hip-hop, Flavio luce una cadena de oro y una gorra con la que llega a atender a sus pacientes seguido de un rap que escucha a todo volumen. Ese vestuario y la música hacen que se rompa el hielo con las personas sin hogar a quienes les brinda tratamiento de salud mental y para la adicción que necesitan.
Su trabajo en el vecindario le ha ganado seguidores leales, como el caso de un hombre que tras recibir ayuda de Falcone, se tatuó la palabra “payaso” en portugués, en una de sus muñecas.
La misión de este siquiatra es imparable y no sólo ayuda con terapias, sino que también consiguió vivienda para unas 20 personas y distribuyó 200 tiendas de campaña bajo un programa llamado ‘Techo, trabajo y tratamiento’.
Con información de Reuters.
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