Una asombrosa piscina natural que nadie había visto jamás fue descubierta a casi 700 pies de profundidad en el Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad, en Nuevo México, gracias al geocientífico Max Wisshak. “La piscina subterránea, que se encuentra en la cueva Lechuguilla, parece estar completamente impoluta”.
Según Wisshak, el cuerpo de agua está rodeado de pequeñas estalactitas que probablemente correspondan a lo que especialistas llaman ‘dedos de piscina’, que podrían ser “colonias bacterianas que han evolucionado sin ninguna presencia humana en absoluto”.
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“La exploración de cuevas a veces produce vistas maravillosas”, dijo el científico quien al mismo tiempo publicó una fotografía del pequeño estanque de agua azul lechosa bordeado de roca blanca.
Para garantizar que no se contaminara la piscina, los investigadores tomaron muchas precauciones, ya que el líquido había estado aislado por cientos de miles de años. “Estas piscinas intactas son científicamente importantes porque las muestras de agua están relativamente libres de contaminantes y los organismos microbios que pueden habitarlas son sólo aquellos que se encuentran en ella”, finalizó el geocientífico.
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