Una mujer colombiana, residente de Puerto Rico, decidió contratar a un grupo de investigadores privados para conocer los movimientos de su esposo en un supuesto viaje de negocios, pues sospechaba le era infiel.
Andrea narró que todo marchaba bien en su matrimonio hasta que un anónimo le hizo llegar un video de su pareja besando a otra mujer.
Ya era lógico que él me había sido infiel, todas las evidencias me dolían bastante. Yo comencé a reflexionar por qué yo quería confesarle a Alex que estaba esperando un hijo de él”, contó la dolida esposa.
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Andrea decidió callar y no le dijo nada a su marido sobre el video y prefirió recaudar más evidencias contratando a una agencia para que siguiera al sospechoso en un viaje internacional de aparente asunto laboral.
Según la información investigada, Alex, el marido, se encontró en Colombia con uno de sus mejores amigos y el primer día de su estadía transcurrió con calma, pero el segundo salieron a divertirse y allí se reveló el misterio.
Cuando ellos llegan a una discoteca toman algo y los aborda uno de los jaladores que los llevan a buscar damas de compañía. Ahí es donde ya ingresan, las conocen y comienzan la rumba con ellas”, relató el detective.
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Las mujeres que bailaban con ellos, cuenta el investigador, los acompañaban a cambio de dinero y así surgieron abrazos, caricias y besos que se prolongaron hasta la madrugada cuando salieron del lugar. Sin embargo, los dos hombres siguieron acompañados de tres mujeres en otro sitio y un par de horas después abordaron un taxi para dirigirse a un hotel. Las mujeres estuvieron allí cerca de 12 horas.
Alex volvió al día siguiente a Puerto Rico donde fue confrontado por Andrea, quien le informó sobre su embarazo y el inicio de los trámites de divorcio.
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