Una antigua raza de cabras irlandesas ha sido desplegada para proteger las colinas alrededor de uno de los suburbios más prósperos de Dublín de los incendios en sus campos de arbustos de tojos.
A las Viejas Cabras Irlandesas -una raza barbuda que se ha reducido hasta casi la extinción- les encanta comer la vegetación y el consejo local espera que el pastoreo de un rebaño de 25 ejemplares proteja al suburbio de Howth, en el norte de Dublín, del peligro de los incendios forestales. Los conservacionistas esperan también que el despliegue contribuya a la supervivencia de la pequeña y fornida raza de cabras, que llegó a Irlanda hace unos 5.000 años.
"Las viejas irlandesas tienen un trabajo que hacer aquí y son muy capaces de hacerlo", dijo Melissa Jeuken, que respondió a una de las oportunidades laborales más singulares de Irlanda, en referencia a su "equipo de trabajo duro", compuesto por 25 cabras.
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El proyecto tiene como objetivo inculcar "principios clave conservacionistas de pastoreo para abordar la prevención de incendios y la gestión del hábitat", al tiempo que ayuda a garantizar la supervivencia de la raza, dijo.
Este verano boreal hubo que desplegar a los bomberos para hacer frente a una serie de incendios de campos de tojo en la zona. Los conservacionistas temían que la vieja cabra irlandesa -que contaba con unos 250.000 ejemplares a principios del siglo pasado- se hubiese extinguido, pero se encontraron algunas esparcidas en las montañas occidentales de Mulranney, según confirmó una prueba de ADN en el Trinity College de Dublín.
(Con información de Reuters)
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