El fisicoculturismo es el nuevo proyecto de la famosa “mujer vampiro”, que ostenta el título mundial por el mayor número de modificaciones corporales y mantenerse en forma le requiere mucho más que sólo horas de intensa actividad física en el gimnasio.
Ella vive en Guadalajara, México y asegura que no le tienen miedo a nada. También revela que está mucho más motivada para hacer sus rutinas después de perder a su instructor físico durante la pandemia.
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Su presencia física es imponente pues levanta pesas y hace ejercicio con la misma disciplina y coraje que necesita para triunfar todos los días.
Mostrarles a otras mujeres que todo se puede en la vida, lo único que no detiene es la muerte y mientras tanto puede hacer lo que tú quieras", dice María.
María José Cristerna Méndez, mejor conocida como la “mujer vampiro”, es una fanática de las transformaciones corporales. “A mí los estándares de belleza no me han importado.”
Tiene 49 modificaciones en todo el cuerpo y ostenta desde 2012 el récord Guinness por el mayor número de alteraciones artísticas en una mujer.
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Sorprendentes implantes transdérmicos en la frente, el pecho y los brazos, además de cambiar el aspecto de sus dientes, pigmentarse los ojos y colocarse múltiples piercings.
Es abogada de profesión además de empresaria, activista, tatuadora profesional, dj y ahora también fisicoculturista con rutinas de ejercicios tan intensas que come hasta ocho veces al día.
Para mí si ha sido un cambio brutal de vida. Mucha gente se le hace sorprendente mis modificaciones físicas. Es más sorprendente llevar este tipo de rutina", agrega María José.
Reconoció que está enfocada en cuidarse en cuerpo y alma sobre todo, después del fallecimiento de su esposo. “Falleció mi esposo hace tres años, volví a encontrar el amor de nuevo y ahí la llevamos porque la vida sigue.”
También cocina, cuida al menor de sus cuatro hijos, toca en su propia banda y tiene figuras de cera por todo el mundo.
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“Pertenezco a la casa de Ripley de lo increíble y tengo estatuas de cera por todo el mundo, algo que para mí era un sueño porque fui muy fan de niña de los programas de Ripley.”
Según ella dice, aún le falta un tatuaje a la “santa muerte” y no porque crea en ella, sino más bien en honor a las raíces y tradiciones mexicanas.
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