Nuestro planeta está lleno de lugares extraordinarios que se destacan por belleza nativa y mucho misterio, tanto así que, a través de los siglos, han provocado todo tipo de temores y leyendas.
Algunas de estas locaciones se destacan por ser formaciones con entradas y sin salidas, que quizás sean cuevas o cavernas que nadie se ha atrevido a explorar completamente.
De todos los sitios denominados místicos, predominan unos 10 a quien distintas culturas han llamado “portales al infierno” o supuestas entradas por donde se accede al llamado infierno o inframundo.
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Estos son 10 lugares del planeta conocidos como "las puertas al infierno":
El volcán Masaya, en Nicaragua, sería uno de los portales que tiene forma de montaña y que arde. Tiene una cruz que supuestamente impide la salida de demonios.
El monasterio de El Escorial es otra supuesta puerta donde cuenta la leyenda, que Lucifer había abierto en ese lugar una de las 7 entradas para ingresar al infierno.
El campo Flégreos, en Italia, es otro sitio, donde en su zona volcánica de Nápoles, griegos y romanos atribuyen una entrada al bajo mundo.
En el Lough Derg, en Irlanda, se menciona que Cristo se habría aparecido en el llamado ‘Purgatorio de San Patricio’, una cueva donde aquel santo tuvo visiones de los tormentos del infierno, según relatos de la época.
El Monte Osore, en Japón, es un lugar donde emana un penetrante olor a azufre, hay actividad volcánica constante y su agua es burbujeante y amarilla.
En Baba Gurgur, en Irak, se cree que sus llamas inspiraron el canto de los tres jóvenes en el horno, un relato de la Biblia sobre judíos que el rey Nabucodonosor intentó matar arrojando a las llamas por negarse a adorar a falsos ídolos.
En Pamukkale, en Turquía, arqueólogos italianos hallaron una cueva de dibujos rituales en Hierápolis.
En el volcán Hekla de Islandia, en 1104 hubo una erupción violenta, por la que se abrió la aparente puerta del inframundo.
En el Lacus Curtius, en Roma, hace unos 3.000 años se abrió un abismo que nunca se podía tapar hasta que un joven se prendió fuego y se arrojó, según relatos del Centro del Foro Romano.
En el Valle de Hinnom, en Jerusalén, hebreos y musulmanes creían que este sitio era la entrada al "averno" a través de un puente que deben cruzar las almas de camino al paraíso.
Estos lugares se destacan por carecer de actividad volcánica pero donde la tierra arde, y se han convertido en grandes puntos turísticos porque además del misterio, abunda la belleza natural.
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