Existe una ciudad en Pensilvania, o mejor dicho un raro paraje, de aspecto fantasmal que tiene edificios abandonados, carreteras en mal estado y que cubre la vegetación. Se llama Centralia y para muchos se trata del mismísimo infierno pues arde sin cesar desde el año 1962.
En este lugar vivían unas 1,000 personas en el año 1980, sin embargo, para el 2021 solo quedaban menos de 10, según datos del Censo.
Centralia fue un lugar activo e industrial, donde se destacaba el trabajo minero de carbón. La desaparición de la población inició hace varias décadas. Se había registrado como ciudad en 1866 como Centreville y cambiado a Centralia en 1865
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Su trágica historia comenzó en 1962 por causa de un declive económico y cuando se cerraron las minas, trabajadores quemaron basura en el interior de una de éstas que funcionaba como vertedero. Aunque se trataba de algo común, el sitio estaba cargado de carbón antracita, altamente inflamable, que se incendió inesperadamente.
Aunque los bomberos pudieron extinguir las llamas del interior, no pudieron controlar el carbón que se quemaba bajo tierra y que se extendía bajo la ciudad. El incendio subterráneo llegó al límite soportable por los residentes y más de 600 millones de dólares después, no fue mucho lo que se pudo lograr para controlarlo.
El estado de Pensilvania condenó la ciudad entera y los residentes restantes se reubicaron. Según expertos, en Centralia hay suficiente carbón para seguir ardiendo por unos 250 años más, lo que ha convertido esta ciudad en un pueblo fantasma cuyo suelo seguirá comparándose con las huestes del infierno.
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