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Un Nuevo Día entrevista en exclusiva a Jacqueline Beltrán, la examante de Montesinos

Un Nuevo Día presenta la historia de Jacqueline Beltrán, la examante del Preso No. 1 de Perú, Vladimiro Montesinos.

“Amar puede llevarte a la cárcel”, ese es el pensamiento de Jacqueline Beltrán, la mujer que amó al Preso No. 1 del Perú, quien contó en exclusiva para Un Nuevo Día su historia de amor, traición, corrupción y cárcel que tuvo que enfrentar tras enamorarse de Vladimiro Montesinos, quien era uno de los hombres más importantes de Perú entre 1990 y el 2000, hasta que el escándalo de corrupción estalló.

Jacqueline era la secretaria de Vladimiro, él era 25 años mayor que ella. De esa relación laboral, iniciaron una amistad y en una cena él le declaró su amor y le pidió que comenzaran una relación amorosa. Después de esa cena donde le declaró su amor, pasaron varios días hasta que ella aceptó.

Beltrán recordó que estaba en la oficina de Montesinos y él la estaba esperando cuando, "sacó una cajita con una orquídea natural de un color morado muy linda y de verdad que eso me conmovió y en ese momento tomo la decisión de aceptarlo y sellamos ese inicio de esa relación con un besito”. 

Tras ese beso, comenzó un romance lleno de lujos, viajes y mentiras, pues cuando se destapa que Vladimiro estaba involucrado en problemas de corrupción, la vida de ensueño que llevaba se transformó en una pesadilla.

La relación amorosa duró seis años y al inicio todo parecía ser "miel sobre hojuelas". Vladimiro le propuso a Jacqueline que dejara de trabajar y compró un departamento para que se mudaran juntos y formaran un hogar. Aunque en ese momento, él estaba casado, según relató Jacqueline, el Preso No. 1 del Perú, le dijo que estaba separado y que sus hijas vivían en el extranjero. Jacqueline afirmó que no se imaginaba los delitos en los que estaba involucrado cuando aceptó ser su pareja. 

Pero,  Vladimiro, le pagaba a los medios de comunicación para encubrir los delitos del Gobierno. Cuando esta patraña política se descubrió,  volaron a Panamá para pedir un asilo político que les fue negado. Jacqueline relató que él solo le dijo que tenían que salir del país porque tenía "enemigos políticos".

Luego de regresar al Perú, Vladimiro, se conviritió en un fugitivo y Jacqueline relata que comenzó a darse cuenta de lo que estaba pasando. Posteriormente, ella fue enjuicida por el delito de enriquecimiento ilícito.  

Su encarcelamiento 

El momento de su arresto ha sido una de las experiencias más dolorosas de su vida.

“Había una voz, era la voz de mi madre diciéndome Jacquita… No voy a poder olvidarla nunca porque fue tan doloroso saber que su hija entraba y que no sabía cuando la iba a volver a ver”, recordó entre lágrimas.

Tras su encarcelamiento vinieron otros momentos desgarradores, como por ejemplo, cuando su madre y su hija fueron a visitarla por primera vez.

“Vi a mi hija que tenía tan solo ocho años agarrada de las rejas, esperando que la policía abriera las rejas para poder encontrarse con su madre. Y lo único que ella hizo fue abrazarme de la cintura y no me soltaba y yo también. Era un abrazo eterno y lo único que ella me preguntaba era: Mamá, ¿cuándo sales de este lugar?

En ese momento solo pudo decirle que esa pesadilla terminaría pronto.

“Yo recuerdo que ella me limpiaba mis lágrimas y yo le limpiaba las de ella”, dijo.

Pero pasado el tiempo, Jacqueline, decidió dejar de un lado su papel de víctima y asumir su nueva realidad. Según sostuvo aprendió muchas cosas de las internas para ponerlas en práctica al salir de la cárcel.

¿Qué sucedió cuando obtuvo la libertad?

El día que Jacqueline salió de prisión, uno de los guardias penales gritó su nombre a viva voz y le dijo que estaba libre. Fue el momento más feliz de su vida, pues tenía muchos sueños y metas por cumplir con su hija. 

Pero la vida volvió a golpearla porque el padre la niña, quien asumió la custodia absoluta, no le permitía verla. Después de un tiempo, la niña se fue a Estados Unidos con su papá y no fue hasta casi 10 años después, que su hija la contactó.

“Sonó el teléfono y era ella. Me dijo mamá, te tengo tantas buenas noticias, tantas cosas que contarte, que yo sé que cuando yo te cuente tú te vas a alegrar…Ella me dice mamá vivo en Miami, tengo novio y me voy a casar. ¡Y tienes que venir! Mamá, por si acaso te aviso que vas a ser abuela bien pronto. Entonces, vine a Miami, nos abrazamos, nos besamos, creo que lloramos, definitivamente”, detalló Jacqueline.

Asimismo, explicó que hoy siente que Dios la ha compensado después de toda la adversidad que vivió.

En esta reveladora entrevista concluyó que, si pudiera volver el tiempo atrás, no cometería los errores del pasado y sería más selectiva al enamorarse.

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