La periodista Elizabeth Mora-Mass despertó la ira del narcotraficante Pablo Escobar y fue amenazada de muerte en la década de los 80. Hoy, concedió una entrevista exclusiva a Un Nuevo Día donde revivió todo lo que pasó y como sintió que no viviría para contarlo.
El capo de la droga colombiano estalló en furia cuando en 1987 Mora-Mass escribió una crónica en el periódico El Tiempo titulada, “De Medallo a Metrallo”, una crónica sobre los terribles cambios ocurridos en Medellín por el dominio de Pablo Escobar. El artículo describía la nueva realidad de una ciudad violenta.
Aunque el escrito no mencionaba al capo de la droga colombiano, él se sintió completamente aludido.
“Pablo se llena de ira contra mi y no solamente él, todo el mundo se llena de ira contra mi porque consideraban que él estaba mintiendo, que estaba exagerando, y él que ya era el dueño del país y de la ciudad, me iba a matar”.
La mujer relató que cuando se enteró de que su vida corría peligro buscó a los abogados del narcotraficante y les pidió que le consiguieran una cita con él.
“Cuando llego a la cita me dice que yo si tengo nervios de ir solamente a hablar con él después de la faltoneada que yo he cometido. Para él faltoneada significada lo que para ‘El Padrino’, que era su gran ídolo, significaba ‘Razonaré con él’, o sea le haré una oferta que no puede rehusar, o sea matarlo”, explicó Mora-Mass ante las cámaras de Telemundo.
Su afán por salvar a sus seres queridos pesó más que el miedo al criminal.
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Al verse con Escobar, la periodista le dijo valientemente que la matara a ella, pero que a su familia la dejara tranquila.
“Él me dice, bueno, definitivamente usted tiene pelotas, la voy a dejar vivir. Yo recuerdo que yo le di gracias a Dios, porque cuando yo me monté en ese carro yo pensé que era mi último viaje a Medellín”, recordó. Y a pesar de que pensó que no saldría viva, pensaba que esta era la única forma de salvar a su familia.
“Yo no pensaba tanto en mi, sino en mi familia y Dios me salvó porque si yo no creía tanto en Dios, a partir de ese momento, tengo que creer fuertemente en Dios porque me salvó de ese señor tan espantoso”.
Mora-Mass terminó mudándose a Nueva York por razones de seguridad, pero dice que era como vivir en Medellín porque la mitad del cartel estaba en esa ciudad y poco tiempo después surgió la guerra entre el cartel del Cali y el cartel de Medellín por el control de La Gran Manzana.
A pesar de que salió huyendo a Colombia pudo regresar a Colombia en el año 1993. Le tuvo que pedir permiso a Escobar y el narco aceptó y le garantizó su seguridad.
“Cuando yo salgo de ‘El Colombiano’ ya yo no trabajaba para ‘El Tiempo’ agarré un taxi y él era el taxista y me toca hacerle la entrevista sobre los derechos humanos de sus hijos y de su familia…a mi me tocó esa prueba…él que me quitó todos los derechos humanos a mi me toca defender los derechos humanos de su familia, ¡qué ironía!”, sostuvo.
Por otro lado, confirmó que también conoció a María Isabel Santos, viuda del narcotraficante a quien Rashel Díaz entrevistó en exclusiva para Telemundo.
Y es que Pablo Escobar y su esposa se paseaban entre la alta sociedad colombiana y asistían a cocteles y otros eventos en Medellín, por lo que eran conocidos por mucha gente.
“Si usted cree que Pablo Escobar vivía escondido y que solamente el grupo que luego lo lleva al poder político salía con él no (está equivocado),…iba a todas partes…y en algunas ocasiones iba con ella que por cierto era mujer muy joven en ese momento, y pues yo me imagino que ella no tenía mucha idea de quién era él”, describió.
“Yo creo que tanto María Isabel como sus hijos y de alguna forma el resto de su familia si lo fueron (víctimas) porque nosotros conocíamos a Roberto Escobar, ‘El Osito’, como un deportista, eran unas personas intachables…ellos venían de un hogar muy bien constituido. ¿Por qué es que este muchachito se convierte después en lo que se convirtió?, es una cosa que nadie sabe”, puntualizó.
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