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Cómo los padres de una de las víctimas del tiroteo de Parkland convirtieron su dolor en lucha

Manuel Oliver y Patricia Padauy son activistas a favor del control de armas, luego de haber vivido la peor experiencia de sus vidas al perder a su hijo Joaquín el 14 de febrero de 2018.

El 14 de febrero de 2018 es una fecha que Manuel Oliver y Patricia Padauy no olvidarán. Ese día, ambos perdieron a su hijo Joaquín, quien fue una de las 17 víctimas mortales del tiroteo en una secundaria de Parkland, Florida.

A un año de la masacre, la tragedia los ha impulsado para honrar la memoria de su hijo a través del activismo y luchar por que exista un control de armas que prevenga otra situación similar.

Oliver no solo está presente en reuniones políticas donde se toca el tema, sino que a través de su arte da voz a Joaquín y a las otras víctimas del tiroteo.

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“Yo no soy un artista al azar que se está manifestando contra las armas, sino que yo soy padre de una víctima directa. Esto le da credibilidad a lo que hacemos”, señalo Oliver en una entrevista para “Un Nuevo Día”.

Por su parte, Patricia señaló: “Hemos tenido una carrera contra el tiempo. Hemos querido abarcar lo máximo posible, hemos querido estar en los sitios que más podemos estar, entonces eso ha hecho que el tiempo pase rápido”.

Para Manuel es importante reconocer que la lucha que están librando ha sido de utilidad y compartió que ya no tiene temor: “Lo logros que tuvimos este año comienzan por entender ese proceso, cómo funciona, para atacar el problema de la manera correcta y señalar a los políticos que posiblemente sean cómplices”.

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Sin embargo, la ausencia de su hijo no ha sido fácil de sobrellevar. “El sentimiento y la ausencia existen constantemente, eso no se quita”, dijo Padauy, mientras que Oliver señaló sobre sus murales: “Eso no alivia para nada, más bien lo mantiene presente, pero comunica”.

La madre de Joaquín procura salir adelante con el recuerdo de su hijo: “Le hablo, lo veo, le miro los ojos, le pido que me ayude porque a veces necesito dejar la timidez a un lado y la única persona que me puede dar un empujón, sin que nadie me vea, es él”.

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