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Gemelas mexicanas con mutación que provoca cáncer buscan que su testimonio de vida inspire a otras pacientes

Ambas tenían mutación en el gen BRCA 1, lo que provoca cáncer. Perdieron a su mamá y a sus tías.

Unas gemelas mexicanas con una mutación del gen BRCA 1 que aumenta los riesgos de cáncer se han hecho eco del esfuerzo para concienciar a las personas a que tomen medidas preventivas en contra de esta terrible enfermedad. Una de ellas padeció cáncer de mama y la otra decidió someterse a una doble masectomía como medida de prevención, debibo a su hisorial médico de alto riesgo.

Las hermanas quieren enviar un mensaje de esperanza a la comunidad hispana. Y le piden que se atreva a hablar de este tema con todos porque “tristemente para muchos el cáncer sigue siendo un tabú”.

Para Roxana y Ana López “lo más importante es educarse…Averiguen la historia médica de sus familiares y cómo eso les afectaría. Tomen acción y conozcan su cuerpo. Si ya has sido diagnosticado, asiste preparado con una lista de preguntas, a tu consulta médica. Entre más informado estés, más fácilmente podrás en enfrentar el cáncer”.

Crédito: MD Anderson

Las mellizas nacieron en Houston, pero su papá es de Hidalgo y su mamá de San Luis Potosí. Se sienten mexicanas y cuentan haber crecido con todo lo que acarrea este cultura.

Roxana y Ana que actualmente tienen 29 años perdieron a su madre, quien era paciente de cáncer cuando solo tenían 17 años. Pero la enfermedad no solo mató a su madre, también a dos tías (de cáncer de seno y ovario, respectivamente) y ha ido corriendo por la familia materna, debido a esta mutación genética de la que poco se habla. BRCA1 y BRCA2 generan proteínas no relacionadas que suprimen los tumores.

Si el BRCA1 o el BRCA2 mismo están dañados por una mutación, el ADN dañado no se repara adecuadamente, y esto aumenta el riesgo de cáncer de mama. Casi todas las mujeres en su familia se enfrentan a esto.

Su madre fue diagnosticada cuando ellas tenían solo 13 años. En ese entonces, las hermanas no entendían lo que estaba pasando. Nadie les habló de la enfermedad de su madre y no fue hasta que fueron creciendo que se dieron cuenta de la magnitud de lo que sucedía. Recuerdan lo mal que que ponía por el efecto de las quimioterapias, pero ni ella ni su  padre le daban explicaciones.

Aunque están conscientes de que sus padres no le dieron ningún detalle con la intención de protegerlas, hoy día, creen que esto fue un gran error.

“Vi lo que sufrió mi mamá con el tratamiento y todo lo que viene con el cáncer como la depresión”, recordó Roxana. Al tiempo que dijo que no tenían las herramientas para enfrentarlo y por eso hoy quieren ayudar a la comunidad.

Ambas explican que si ellas hubieran estado informadas se hubiesen realizado exámenes genéticos antes que el cáncer llegara a la vida de Roxana.

Y es que cuando Roxana tenía 25 años fue diagnosticada con cáncer de mama. Ella recuerda el día del diagnóstico como si fuera ayer.

La joven mexicana notó una bolita en su seno y cuando fue al médico le ordenaron una mamografía del inmediato. En el centro al que acudió le dijeron que era muy joven para ese examen. La realidad, es que las mujeres en edad reproductiva que no han tenido hijos no deben hacerse la mamografía a menos que haya alguna anomalía. Por esto, el radiólogo decidió hacerle un ultrasonido. Al terminar, le dijo: “tenemos que hacer la mamografía de todas maneras”. 

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“Al terminar me dijo que tenía que hablar conmigo. Me agarró de las manos y me dijo lo siento mucho porque no es un quiste. Tendrán que practicarte una biopsia. No usó la palabra tumor, pero en ese momento supe que eso fue lo que quiso decir. Pasó todo rápido. Me acuerdo que regresé al cuarto donde te cambias porque todavía estaba con la bata. Estaba llorando, me sentía anonada, pero me arrodillé y empecer a rezar. En ese momento supe que mi vida iba a cambiar, que nada iba a ser lo mismo. Cuando salí llamé a mi a hermana por teléfono y comenzamos a llorar, después llamé a mi hermano y a mi papá. Después de avisarles quise hacer la cita para la biopsia. Hice la cita en el hospital de oncología MD Anderson en Houston”.

La joven explicó que cuando finalmente le confirmaron que tenía la enfermedad ya estaba preparada.

“Me sentía más en paz. Tenía mucho apoyo de mi familia y me estaba informando sobre qué podía esperar se la enfermedad y las opciones. También con mi fe me sentía más en paz. Mi fe aumentó y esto me dio esperanza”, dijo. 

La gente se volcó a apoyarla. Incluso, personas de las que no sabía desde hace años como amigos de la preparatoria.

Roxana fue diagnosticada en agosto de 2015. Recibió quimioterapia durante cinco meses. Fue un tratamiento experimental para pacientes con mutación de BRCA 1. En mayo de 2016, se le practicó la doble mastectomía. Luego recibió terapia hormonal, la cual continúa, pues debe tomar el medicamento por 10 años para evitar que regrese el cáncer.

Roxana asegura que su fe se ha fortalecido durante este proceso.

Pero la vida no solo cambió para Roxana, sino también para Ana que tomó una decisión de amor. Cuando Ana supo que su hermana sería sometía a una doble masectomía decidió hacerse la cirugía con ella. Después de informarse, decidió que la amputación de sus mamas era lo mejor.

“La enfermedad o los riesgos de sufrir cáncer van más allá del patrón de la belleza de la mujer y decidí someterme a la mastectomía para prevenir los riesgos”, expresó.

Actualmente las hermanas  tienen sus pechos reconstruidos, pero están de acuerdo que “la vida es lo más importante”. No obstante, entienden que esta no es una medida para todo el mundo y lo recomendable es que aquellas mujeres con el gen BRCA tomen una decisión informada de la mano de su médico.

Crédito: MD Anderson

“Yo me sentí empoderada porque estaba tomando control de mi vida y de mi salud y otras mujeres pueden sentir lo mismo:”, dijo Ana.

Posteriormente Roxana tuvo que ser sometida a otra cirugía para removerle el ovario. Aunque en esta ocasión no se trataba de un tumor maligno, su médico tenía la preocupación de que se desarrollara cáncer por su mutación genética. Tras lo sucedido, está considerando congelar sus óvulos porque le gustaría ser madre y por el momento no tiene pareja.

Ana no está pensando en ser madre en un futuro inmediato, pero piensa que “es bonito tener la opción y no verse limitado por la enfermedad”.

Las gemelas que se han convertido en un ejemplo de vida para muchos, trabajan como enfermeras en el hospital MD Anderson de Houston, Texas, donde fueron atendidas. Su condición les sirvió para dirigir sus estudios al campo de la salud.

Asimiso, pertenecen a organizaciones dedicadas a la prenvención y atención del cáncer. Una de estas es Force, un grupo de apoyo que tiene como objetivo no permitir que nadie enfrente el cáncer de seno u ovarios hereditario o mutación BRCA en soledad. Además, pertenecen a la Coalición de Sobrevivientes Jóvenes de Cáncer (YSC, por sus siglas en inglés). Para ellas esta es una manera de retribuir la ayuda que recibieron cuando más lo necesitaban.

El mensaje es claro: “informarte te quitará la ansiedad que provoca padecer cáncer o tener a algún ser querido que lo esté atravesando”.

La lucha se gana educándose y hablando con las personas adecuadas. Pero en su caso están convencidas de que creer en Dios hizo la diferencia. 

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